Abrió el mail extrañada. De él no lo esperaba, y menos tras la fuerte discusión, que fue más bien batalla sin descanso. Casi no daba crédito al mensaje:
Imagínate, amiga, una acera construida
con las huellas de nuestro caminar acompasado y cosidas a la piel de
este planeta con cemento de labios y humedales.
Imagínate, amiga, un jardín cuyas
plantas hayan sido en otra hora caricias derramadas como granos de
luz, incienso y luna para evitar la soledad y el miedo.
Imagínate, amiga, que en la fuente no
cante el agua, sino una mirada lenta, interminable que derrumbe la
sed, no de las bocas, sino de las retinas pedregosas.
¿Ya imaginas, amiga, qué te digo,
cuando afirmo vivir en un desierto sin rumbo y sin cobijo?
Y si no te imaginas te lo explico: Un
camino en mitad de los desiertos, sin sombras, sin refugios y sin
fuente para mirar al mundo através de tu cintura, con retinas de
carne y no de piedra.
Conservaba la llave de su casa como
quien guarda un sueño. Salió a todo correr. No cruzó la ciudad,
voló sobre ella. Intuyó que quizá aún no era tarde. Su mail sólo
tenía una respuesta: abrazarse a su pecho hasta fundirse en él,
como un animalillo que encuentra su refugio.
No dejó de increparse en el trayecto
por no haber descubierto aquellas cosas, a pesar de los años
transcurridos.
Pero al abrir la puerta, sólo encontró
sus ojos como piedras, y una sonrisa extraña, de desierto.
Texto: Amando Carabias
Narración: La Voz Silenciosa
Tus palabras fluyen tan naturales que parecen susurrar.
ResponderEliminarEnhorabuena escritor, que te digo que ya no sepas.
Enorme texto. Desgrana un lirismo estupendo desde el comienzo y culmina con un final que lo definiría como "poéticamente letal" Me ha encantado. Felicitaciones!
ResponderEliminarP/D: Te pido permiso para llevarlo a mi muro de FB y compartirlo con mis amigos. Es posible?
Pura poesía ese mail a la persona equivocada. Ella, durante unos minutos alimentó una esperanza...Qué duro y qué hermoso!
ResponderEliminarBesos, poeta escribidor.
Inma: Como siempre, me abrumas, gracias.
ResponderEliminarBee Borjas: Por supuesto que no hay ninguna pega, al contrario, será un tremendo honor.
Isolda: Uno no puede remediar ser lo que es. Más besos.
Una sonrisa como de desierto y un helor antártico.
ResponderEliminarSe me ha encogido el estómago.
Duro, muy duro, amigo mío. El lirismo de ese mail no me engaña.
Me ha impactado, Amando. Mucho.
Poesía. Demasiada poesía. Duele, por eso es demasiada. O ¿tal vez la poesía nunca sea demasiada porque en ella está la verdad y por eso duele?
ResponderEliminarMe voy por las ramas de la metafísica.
Un beso, poeta.
Sublime texto. La poesía que encierra es para quitarse el sombrero.
ResponderEliminarFelicidades poeta y escritor...
Abrazo.
María Estévez
Gracias, Amando! Ya lo estoy publicando. Un saludo desde Argentina!
ResponderEliminar¿Cabe un nuevo elogio más al texto?
ResponderEliminarLa escritura nos puede elevar hasta puntos idílicos que se caen al enfrentarlos a nuestra humanidad y miserias.
Felicidades.
No quiero imaginar que este poeta escriba tan hermosa poesía y enseñé siempre, SIEMPRE, esta sonrisa de desierto y esta mirada de piedra. Prefiero la explicación de Isolda.
ResponderEliminarEnhorabuena, poeta.
Catherine, que no logra comentar de otro modo.
Casi todos los descubrimientos son tardíos...
ResponderEliminarMenos el de tu capacidad para emocionar con palabras.
Abrazos
Hace que se resienta el corazón al leer y escuchar unas palabras tan bellas sobre una historia tan triste. Es que la soledad y la poesía juntas son un peligro para la fealdad, pues, al contrario, realzan la belleza.
ResponderEliminarAna: Es que la vida (o la des-vida) tiene estas cosas tan crueles. Tus palabras me empujan adelante. Gracias.
ResponderEliminarAnabel: ¿Qué te voy a explicar a ti que no sepas de la poesía y las heridas? Unas veces las provoca, la mayoría las sana. Irte por las ramas de la metafísica es entrar en lo más hondo.
Aniagua: No sé si sublime, pero pretendía algo así, como más abajo explicaré.
Bee Borjas: Lo dicho, un placer.
Francisco: No, más que eso: algunos usan de la palabra como los cazadores sus cepos.
Catherine: Por desgracia, hay veces que nos equivocan las ilusiones, las ganas de que sea, no lo que intuimos o vemos, sino lo que quisiéramos ver.
Amando GN: Tienes razón en la primera parte, digo. No nos diferenciamos mucho de los economistas, solemos adivinar el pasado... bueno, no siempre. Gracias.
Dácil: La soledad y la poesía, combinación que puede ser un arma letal... o vivificante.
Voz Silenciosa: Un millón de gracias por esta interpretación, por esta lectura. Ha sido hermosísimo y emocionante comprobar -escuchándolo en voz ajena- que una parte de lo que pretendía este micro, funciona: el ritmo.
No sé si es bueno que el autor saque a la luz algunas de sus herramientas, pero bueno, os lo digo.
Este micro está escrito en varias fases.
El mail que recibe la protagonista es el germen del texto, en realidad un proyecto de poema que, no sé por qué, después de unos días, me llevó a construir una historia que girase sobre lo que este mensaje contaba a la amada (un mail es una carta, un mensaje al fin y al cabo).
Es decir no había, sino una levísima trama argumental: una separación, una discusión, un amor que se viene abajo, o que se podría venir abajo.
El resto fue construir el argumento. Una vez decidido que se trataba de un mail enviado a su amada, sólo hice dos preguntas: ¿Cómo respondió ella? ¿Qué pasó después?
Pero, obviamente, tenía que escribirlo -y aquí estaba parte del reto- guardando equilibrio con el texto del mail. Con el tono y el tipo de lenguaje, no era posible, o no era posible del todo. Por tanto el punto que armonizaba ambas partes tenía que ser, necesariamente, el ritmo.
¿Por qué pasó lo que pasó...?
Ese misterio no tiene respuesta. Ni yo mismo lo sé.
Qué placer redescubrir el texto a través de la Voz.
ResponderEliminarGracias, Amando, por descubrirnos los entresijos de la historia, de su gestación en realidad.
Parafraseando a Víctor J., ¡tú sí que eres un gran domador de ideas!