Título: La verdad sobre el caso Harry Quebert Autor: Joël Dicker Editorial: Alfaguara |
En la contraportada comparan al autor
con Stieg Larsonn, Nabokov y Philip Roth. Tal como sucedía en El
hombre que no amaba a las mujeres, tenemos una chica desaparecida
hace muchos años sin dejar rastro. Una quinceañera muy desarrollada
para su edad y que mantiene un idilio con un hombre mayor nos hace
pensar en Lolita. En cuanto a Roth, Harry Quebert tiene algo de los
personajes de este: profesor universitario, vive solo y no se
relaciona demasado con sus vecinos.
No aluden a cierto regusto televisivo
que desprende el libro; un cruce entre October Road y las películas
de sobremesa dominical (Protagonista regresa, después de más o
menos años, al pueblo en el que ha vivido o como este caso, ha
pasado largas temporadas. El protagonista atraviesa una crisis:
sentimental, económica o laboral. Se reencuentra con viejo amigo.
Bien el protagonista o su amigo es acusado de algún crimen por lo
que nuestro protagonista tendrá que esclarecer el asunto para saber
que ha pasado realmente. Suele contar con
la colaboración de algún
policía o detective local, con quien termina forjando una amistad o
en pareja)
La novela, al modo de las muñecas
rusas, contiene en su interior otras novelas: la que Marcus está
intentando escribir, la que le dio fama a Harry… Pero sobre todo
hay dos novelas,o quizás sea más correcto llamarlas historias, que
Joël Dicker va entrelazando a lo largo de la obra.
Menciono en primer lugar la policial
porque es sobre ella sobre la que incide la crítica y la campaña de
marketing de la editorial. No diré que es previsible pero sí
adivinable. No me resultó difícil anticipar algunas de los giros de
tuerca finales que el autor nos ofrece.
Me gustó mucho más la otra historia,
la metaliteraria; en ella, Dicker nos adentra en el proceso de
escritura de una novela y, lo que resulta tremendamente interesante,
de su edición. Por momentos, además de considerar a Marcus como una
especie de alter ego del autor, me preguntaba si esta novela no es la
forma elegida por el autor para reírse un poco de si mismo y del
mundo, cada vez más mercantilizado, editorial
(…) Tú eres un escritor, digamos…
moderno. Gustas porque eres joven y dinámico… Y estás de moda.
Eres un escritor de moda. Eso es. La gente no espera que ganes el
Premio Pulitzer, les gustan tus libros porque estás en boga, porque
les entretienen, y eso también está muy bien.
Esa madre que no toma en serio a su
hijo y lo único que quiere es verlo casado ; los saltos temporales o
utilizar un “pie” que abre cada capítulo son elementos ya
utilizados -Aquí se trata de los 31 consejos que Harry le dio a
Marcus sobre cómo escribir una novela- ya los hemos visto en otras
obras o autores. Si es original en la forma de enunciarlos, en una
especie de cuenta atrás.
Utilizando un símil gastronómico
podemos decir que Dicker ha cogido de la despensa ingredientes
habituales pero ha sabido cocinarlos sin que resulten tediosos o
manidos. Ha sabido darles su toque personal.
En definitiva, y parafraseando al
editor de Marcus, creo que Joël Dicker es un escritor de moda y La
verdad sobre el caso Harry Quebert gusta porque nos entretiene, y
eso también está muy bien.
Crítica: Lammenor
Crítica: Lammenor
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