Título: Las viudas tenaces
Autor: Ignacio Sanz
Ediciones Rilke
Madrid 2013. 218 Pág.
|
Con Las viudas tenaces Ignacio Sanz (Lastras de Cuéllar, Segovia, 1953) vuelve
a la edición impresa para adultos, tras sus éxitos en el campo infantil, con el
reconocimiento que significa la obtención del premio Ala Delta de literatura
infantil en los años 2010 y 2013.
Así pues y tras
su —a mi modo de ver— poco ponderada Una
tierra mansa (Isla del Náufrago, Segovia 2010), el escritor segoviano nos
vuelve a hacer entrega de una colección de relatos —en este caso 19— con dos
nexos en común entre ellos, al menos según mi punto de vista. Por una parte el
afán formal del autor por la economía expresiva que iguale en lo posible la
narración oral con el texto escrito y, por otra, el retrato que su péñola,
desdoblándose entre la ternura y la mordacidad, hace los escritores mal
llamados provincianos o locales.
Respecto de la
primera característica que aglutina o hilvana el volumen, convendría detallar que este afán de Ignacio Sanz por escribir como se habla (cumpliendo el consejo
que Cervantes desliza en uno de los prólogos del Quijote), no es, por así
decir, flor de un día. Por el contrario su trayectoria literaria de tantos
años, así como su actividad en la dinamización de la vida cultural segoviana, es
un camino siempre en la misma dirección, cuyo aspecto más conocido o popular es
la organización, dirección y coordinación de los Festivales de narradores orales que nos vuelven a los tiempos de la tradición hablada durante un puñado de noches veraniegas tanto en Segovia como en El Espinar.
la organización, dirección y coordinación de los Festivales de narradores orales que nos vuelven a los tiempos de la tradición hablada durante un puñado de noches veraniegas tanto en Segovia como en El Espinar.
Así pues en Las viudas tenaces el autor busca sobre
todo llegar al puro tuétano del relato, sin andarse con alharacas argumentales
o adornos retóricos que puedan distraernos del asunto.
¿Y cuál es el asunto, ese tuétano que recorre cada una de las historias?
Como ya he
anticipado, en cada historia el protagonista es un escritor de provincias
(poeta, dramaturgo, novelista, narrador, periodista…) del que el autor se sirve
para ir trazando página a página un retrato entre tierno y mordaz de la vida de
este tipo de ciudades algo cerradas, algo ensimismadas, con pujos y afanes
propios de las grandes urbes que son los focos e imanes reales de la cultura.
Sin embargo,
tras esta apariencia, el narrador nos va desvelando con su prosa firme, tersa,
mucho más cuidada y elaborad de lo que aparenta a primera vista, que no hay
tanta diferencia entre unas ilusiones y otras.
Las viudas tenaces abre foco sobre esa realidad de los escritores ocultos, casi invisibles, que arden en pasión por la escritura, por encontrar un lugar en el mundillo literario.
Los escritores Ignacio Sanz y José Antonio Abella durante la presentación del libro en la Biblioteca Pública de Segovia (13 de marzo de 2014) |
Nos encontramos
con un poeta que lamenta su vida solitaria; un escritor casi desconocido de
pronto tentado por una de las grandes editoriales del país; un escritor
picajoso e hipercrítico con sus contertulios; otro cuyo último libro es lectura
obligatoria en institutos, lo que le obliga a viajar a menudo; un cronista
local; un escritor que se gana la vida con artículos muy mal pagados por una
revista antropológica; un alcalde que escribe al director de la RAE; un autor
de novela negra invitado a un congreso; un profesor que invita a un poeta local
a una de sus clases; una tertulia literaria; un guionista en mitad de un
rodaje; una reunión de poetas en Cataluña; un narrador invitado a un festival
en la Orotava; una llamada telefónica (un prodigio de concesión este relato, el
más corto de la serie); una escritora que se pasa la noche en vela atrapada
toda la noche por la lectura de una novela escrita por una amiga; una joven
periodista que entrevista a un famoso escritor (acaso el relato que más me ha
emocionado, debo confesarlo); un periodista dedicado a la crítica gastronómica;
un homenaje al grandísimo cuentista leonés Antonio Pereira; y un escritor que
viaja a Santander para recoger un premio. Pero aseguro que, sin haber mentido en
ninguno de mis enunciados, lo que he escrito no desvela nada del contenido
de los diecinueve relatos, porque a pesar de sus protagonistas, o precisamente
por ellos, lo que se narra es la misma vida.
Ignacio Sanz cumple con la máxima de todo buen escritor de cuentos: buscar la sorpresa, mantener viva la atención del lector presentando una situación y llevándole hacia donde quiere, que no es discrepante de los anhelos del resto de la humanidad.
Sólo lamento
tres cosas: que en general los poetas salgamos tan mal parados —aunque quizá
nuestra fama nos preceda—, desconocer el resultado del partido que el
Rácing de Santander disputó contra aquel equipo francés… y que el libro se
acabe.
Reseña: Amando Carabias
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por contribuir con tus comentarios y tu punto de vista.
Los componentes de La Esfera te saludan y esperan verte a menudo por aquí.
Ésta es tu casa.