Papa Noel camina por la calle sin prisa. Lleva las manos en los bolsillos, una colilla en la boca, y mira al suelo. Tiene el pecho manchado de ceniza, no se da cuenta. Camina absorto. Su trabajo en Navidad lo ensimisma. Lleno de ambición, lucha cada año por promocionarse. Esta noche el ulular del viento acompaña su desánimo.
Arrastra los pies, le gusta sentir las hojas crujir bajo sus botas de suelas desgastadas y con agujeros; igual que si estuviera pisando cucarachas ¡Como si tuviera poder sobre algo!
Es tarde, el paseo desierto. Mira su reloj, sabe que no funciona desde hace años. Lo lleva porque se lo regaló Marisa el día que lo abandonó.
No lo quita de la muñeca, ni siquiera porque su metal le de alergia, ni porque llegue siempre tarde a recoger las cartas del buzón de Navidad. Acude al trabajo cuando han cerrado la fábrica de juguetes. Intenta bajar las chimeneas al mediodía, adelantándose a Noche Buena.
Se acerca debajo del banco, detrás de la fuente. Ve una sombra familiar, deja caer la colilla de los labios y la pisa.
Lentamente llega hasta un bulto informe, se sienta con disimulo ocultando sus malas intenciones. Mira su alrededor, y cuando está seguro de que no le ve nadie, da una brusca patada al fardo de juguetes, que se abre ante sus ojos.
Ha retrasado el reparto más de veinte horas. Ahora debe deshacerse rápidamente de todo.
Malhumorado, deposita juguete a juguete, dentro del contenedor de basuras.
Texto: Calamanda Nevado Cerro
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El aburrimiento de la monotonía puede hasta con el más gordo.
ResponderEliminarEstá harto. Que se venga por aquí de vacaciones. Díselo.
ResponderEliminarBesos
Buen texto, lleno de melancolía y de frustración...
ResponderEliminarAhora bien, más que una Navidad alternativa estamos demostrano las fobias que tenemos al pobre Santa, si hasta le abandona su pareja.
Me ha gustado ese Bad Santa, tirando los regalos a la s basura con tal de no trabajar.
ResponderEliminarSi es que la rutina es destructiva...
Enhorabuena, Calamanda.
Es una caracterización singular la del Santa Claus apático y fumador. Saludos
ResponderEliminarLo que más me gusta de tu Noel pasota es la descripción que de él haces en los primeros párrafos. Enhorabuena
ResponderEliminarLa apatía es la peor de las emociones. Es capaz de destruir hasta al incombustible papa Noel.
ResponderEliminarUn abrazo. Á.
¿Y los niños Qué? Pues parece que no le importa demasiado a este Papa Noel... Ya vendrán lo reyes!
ResponderEliminarLo he dicho en otros sitios... definitivamente Papa Noel no nos gusta.
Un saludo.
Me ha gustado este relato : descripción de papá Nöel sobretodo.
ResponderEliminarEnhorabuena. Un gran saludo.