Mientras caminaba por encima del mundo y sintiéndose observada le gritó: ¿ ¡¡Qué miras fósil!! ?.
La señora prendada por la belleza de aquella adolescente que caminaba frente a ella por encima del mundo, no tuvo otro remedio que mirar hacia otro lado y callar. Callar y recordar que aunque ahora fuera un fósil como le había llamado aquella adolescente, ella también había sido joven hacía poco, ella también se miraba en todos los espejos que a su paso encontraba, ella también había caminado por encima del mundo y había pensado que el tiempo era infinito, o mejor dicho… nunca reflexionó sobre lo rápido que se evapora la vida, o dicho de otra forma, jamás pensó que la lozanía fuera tan efímera. Y rescató la imagen que tenía de la visita de su primera cana. También recordó su impotencia al descubrir el primer pelo blanco en su pubis y también cuando entendió que las cremas Loreal no iban a atajar lo irremediable y descansó. Todo se repetía, excepto que cuando ella de igual forma caminaba sobre el mundo respetaba a los fósiles.
La señora prendada por la belleza de aquella adolescente que caminaba frente a ella por encima del mundo, no tuvo otro remedio que mirar hacia otro lado y callar. Callar y recordar que aunque ahora fuera un fósil como le había llamado aquella adolescente, ella también había sido joven hacía poco, ella también se miraba en todos los espejos que a su paso encontraba, ella también había caminado por encima del mundo y había pensado que el tiempo era infinito, o mejor dicho… nunca reflexionó sobre lo rápido que se evapora la vida, o dicho de otra forma, jamás pensó que la lozanía fuera tan efímera. Y rescató la imagen que tenía de la visita de su primera cana. También recordó su impotencia al descubrir el primer pelo blanco en su pubis y también cuando entendió que las cremas Loreal no iban a atajar lo irremediable y descansó. Todo se repetía, excepto que cuando ella de igual forma caminaba sobre el mundo respetaba a los fósiles.
Texto: Francisco Concepción
Narración: La Voz Silenciosa
Mejor ser fósil que desintegrarte en la nada.
ResponderEliminarNadar en ámbar para siempre no parece un destino tan terrible.
La reina en el tiempo es la fósil, descansó la ansiedad, pasó a ser sabia.
ResponderEliminarPermitir el paso que marca la experiencia por los surcos de la piel... Al final, el "capullo" queda y la Mariposa continúa el viaje del Alma... ¿Imaginan a un Dorian Grey contemplando cómo pasan frente a sí los Fósiles de sus nietos?
ResponderEliminarRelato escrito con sensibilidad y empatía, que consigue con-mover una inevitable reflexión.
Los fósiles son pura historia, vida, naturaleza. Entenderlo es cuestión de tiempo.
ResponderEliminarBesos
El problema es de quien camina por encima del mundo sin pensar que él/ella también está en el mundo, ni por encima ni por debajo, simplemente EN.
ResponderEliminarLos "fósiles", como dice Virgi, son naturaleza, vida, y también respiran, también.
Muy buen relato el de Francisco Concepción.
Ya había visitado vuestro espacio otras veces, atraído por enlaces amigos, hoy creo que es un buen día para quedarme.
Saludos a todo el equipo de La Esfera Cultural.
Carpe die!!!
ResponderEliminarYo pensaría: ya caerás, joven lozana, ya caerás. Y luego a mirarme las canas en el próximo escaparate: ¡No me quedan mal! Buen texto Francisco.
ResponderEliminarSabiduría, eso es lo que da el paso del tiempo y es lo que transmite tu texto. Chapeau.
ResponderEliminarGracias a cuantos comentan. Gracias por leer, gracias por visitarnos.
ResponderEliminarBienvenidos a La Esfera, Roberto, Ximo... Esperamos que sigan entre nosotros
No es necesario ni contestar.
ResponderEliminarLa vida tiene la respuesta y más pronto de lo que uno supone.
Todos hemos pasado por esa etapa de lozanía y la diferencia la marcas, perfectamente, en tu última frase.
El respeto es esencial.
Estupendo, Francisco.
Saludos.