y el tuyo femenino,
intercambio de azules y verdes,
colores con sabores letrados
que sólo nosotros apreciamos.
Yo hilvano voces,
tú deshilas mis bragas.
Quieres colocar nuestras frases
a la altura de los labios,
que sean las propias palabras
las que nos describan.
Sabes que mis letras toman mi cuerpo,
me roban las intenciones
y se escapan, entre transparencias,
para encontrarse con tu deseo
en un baño del Paseo de Gracia.
Repto poemas para recorrerte
y me explicas el secreto de los gemidos:
condensación de suspiros.
Suspiro en azul.
Me susurras en verde:
eres lo que escribes
mientras quieres lo que sueñas.
Mi frío y yo nos vamos a la cama
nuestro arcoíris bicolor
convertirá el resto de la noche
en nuestra madriguera.
© Anabel
Narración: La Voz Silenciosa
Narración: La Voz Silenciosa
Qué cosa más bella! El comienzo es arrollador, y después, un cadencioso arroyo que transcurre en pequeños goces. Un abrazo.
ResponderEliminarVeo que sigues en vena apasionada.
ResponderEliminar¡Muy apasionada¡ ¿De dónde esa inspiración?
ResponderEliminarLa cuentista se convirtió en poeta.
Pues qué bien tener una musa con derecho a roce, así no sólo te inspira también te ofrece otras formas de inspiración más pasionales.
ResponderEliminarBonito poema Anabel,
Qué gusto volver a verte por aquí, Anabel, y en perfecto y erótico estado de forma!
ResponderEliminarUna delicia.
Besos
Suspiro en azul, me susurras en verde. Ua belleza, Anabel. Muchos besos.
ResponderEliminarGracias a todos, y otra vez, cómo no, a José Francisco. Uf.
ResponderEliminarNo he dejado la prosa, no, eso jamás, pero estoy así de lírica... Debe ser la primavera ;-)
Saludos,
Anabel