16 agosto, 2012
Escenario de adolescencia
Canto como una loca la canción de AlanisMorissette que suena en los 40 principales esta noche de sábado del mes de agosto.A pesar de que mi madre no para de quejarse del calor que hace, solo siento los escalofríos que me estremecen cada vez que recuerdo su voz diciéndome que lo nuestro se ha acabado, que no puede perdonarme. ¡Idiota! Lo he perdido para siempre por cuatro besos de su mejor amigo. Una vez más marco su número de teléfono y, de nuevo, le suplico que me perdone, que no volverá a pasar. Que le quiero, que siento haberle roto el corazón. Tras unos minutos, en los que solo se escuchan nuestras respiraciones, cuelga sin despedirse. Tarareo hasta quedarme dormida, mientras las lágrimas van mojando la almohada a la que estoy abrazada. Poco tiempo después, me despierto sobresaltada por el timbre del telefonillo y, aunque no espero a nadie, corro a contestar. Es él. Sin responder, bajo deprisa los escalones, abro la puerta, le cojo de la mano y lo arrastro al rincón más oscuro del portal. Me quedo en silencio esperando una señal y, cuando distingo su sonrisa, pego mi cuerpo al suyo, le pido que me abrace fuerte, y le vuelvo a pedir perdón y a prometerle que no se repetirá. Me besa. Sus labios saben tan bien. Mete sus manos por debajo de mi camiseta y me acaricia la espalda; contengo la respiración, deseando que recorra todo mi cuerpo. Nos escondemos en el cuartito de la portera, vacío desde que se jubiló, y hacemos por primera vez el amor. Estamos abrazados en silencio cuando oímos la voz de mi madre que me llama por el hueco de la escalera. Le grito ¡ya subo! mientras nos vestimos deprisa y nos despedimos. Espero que ella no me haga muchas preguntas; solo quiero irme a la cama y que llegue mañana, para volverle a ver y repetir lo de esta noche.
Texto: Ana Crespo Tudela
Narración: La Voz Silenciosa
Más Historias de portería aquí.
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Escenario auténticamente adolescente. Muy logrado, te transporta a otra época y a otras sensaciones, esas que te tenían en vilo todo el día.
ResponderEliminarEl ritmo del relato es trepidante como el escenario de la adolescencia, muy buen título, muy bueno tu relato,Ana.
ResponderEliminarBesicos salados.
Muy visual y lleno de hormona adolescentes, Genialmente narrado. Un saludo
ResponderEliminarA todas las comunidades de vecinos: Procuren que siempre haya un local vacío y accesible en sus edificios. Pura cuestión de necesidad, como ha explicado la autora.
ResponderEliminarGracias.
Ana: Estupendo este toque de amores y achuchones en los portales. Muy bien seleccionado el punto de vista. Me gusta el ritmo.
ResponderEliminarHola Ana, has elegido un amor adolescente y lo has situado en una portería vacía : con sus prisas, sus precipìtaciones y unas ganas locas por liberar ese montoncito de hormonas que saltan incontroladas.
ResponderEliminarEs veloz, rápido y muy ágil. Enhorabuena por el resultado.
Un abrazo ana.
Rápido le perdonó, ¿Ustedes creen que de verdad no se volverá a repetir?
ResponderEliminar!Uff, qué manera de leer el relato¡ Como si se tratara de la voz de aquel adolescente que,de vez en cuando, me vuelve a visitar durante el sueño, me he estremecido al escucharte, Voz Silenciosa.
ResponderEliminarGracias por tan fantástica lectura.
Ana
Será porque en lo más profundo de mí sigue existiendo ese adolescente. Gracias a ti por escribir así. Un abrazo silencioso.
ResponderEliminarHas retratado de fábula ese ardor adolescente.
ResponderEliminarMuy bueno.
Besos.
Magnifico Ana como todos tus relatos cortos pero intensos, me encanta
ResponderEliminarMagnifico Ana como todos tus relatos cortos pero intensos, me encanta
ResponderEliminarEstupendo relato Ana
ResponderEliminarEstupendo relato Ana. Un besazo
ResponderEliminarSocorro!!! No me he votado a mí misma. El voto que aparece como mío es el de una amiga, que lo ha dado desde mi ordenador y sin salirse de mi cuenta de Google, aunque ha dado su nombre.
ResponderEliminarLo siento
Querida Ana, los políticos se votan por si mismo.
ResponderEliminarAquí podemos hacer lo mismo, si deseamos. Faltaría más.
Si no confiamos nosotros en nuestra literatura... ¿Quién lo hará?
Me gusta mucho el ritmo que le has dado al relato y la secuencia de la historia. Has reflejado muy bien esos momentos de amor adolescente.
ResponderEliminarY después de escucharlo leído por La voz silenciosa la verdad es que es una delicia.
Besitos
Ana, enhorabuena por el microrrelato y por el premio.
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