18 agosto, 2012

Imponderables


Nadie, en la escalera de vecinos de la calle Bermúdez 36, sabe que el inquilino del sobreático vive con una muñeca hinchable. Pero desde que la recibió en un paquete postal certificado, corre el rumor de que tiene una amiguita en casa. Lo aseguran quienes oyen voces inequívocas de pasión descontrolada a horas intempestivas, a pesar de que no hay constancia de que la joven en cuestión entre o salga del inmueble. Al inquilino del sobreático no le importan los rumores y cuando acude a las reuniones de la escalera corta en seco la lógica curiosidad de sus vecinos, que con mayor o menor discreción intentan husmear en su vida privada.

Todo controlado, pues, dentro de la relativa capacidad humana para vivir a salvo de imponderables. Porque el incendio reciente que ha sufrido el edificio, y que ha supuesto el desalojo temporal de todos los vecinos, está complicando un poco las cosas. Ante la policía, el inquilino del sobreático ha debido inventarse, primero una identidad, y luego un abandono que justifique la no comparecencia de su presunta pareja. Y los rumores de aquellos que se quedaron con ganas de conocerla apuntan ahora a la ausente como causante del desastre.


Todo descontrolado, pues, y amenazando la discreta resistencia humana para no venirse abajo por culpa de los imponderables. Pero con un poco de paciencia las aguas volverán lentamente a su cauce. Cuando el solitario inquilino reciba la nueva muñeca que acaba de encargar, tendrá más cuidado de no exteriorizar alegremente sus emociones. Y por la orden de búsqueda y captura contra su antigua acompañante, decretada por la policía, no parece que valga la pena preocuparse demasiado.

Texto: Pedro Herrero
Narración: La Voz Silenciosa
Más Historias de portería aquí.

8 comentarios:

  1. Yo no me fiaría. La policía es muy, pero que muy eficiente, y cualquier día aparecen con la culpable esposada. Al tiempo.

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  2. Tu comentario, Amando, me ha echo sonreír:).
    El relato me lo tragué como un espagueti, de sopetón. Buen trabajo y muy cuidado en su ritmo narrativo.

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  3. Pedro soy carlos
    Encantador, como siempre , tu escrito
    Un abrazo

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  4. Yo no confiaría tanto en la Policía, si no hay rastro, pues no hay rastro y punto. No creo que la encuentren, pero lo mismo necesitamos una segunda entrega, Pedro.

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  5. Muy bueno...Pues, la curiosidad vecinal siempre es imponderable...

    Besicos salados, amigo.

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  6. Me ha gustado mucho. Y me recuerda a Wilt y su muñeca hinchable.

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  7. Hablando de imponderables, este relato me lo parece. Buena contribución a las Historias de portería.

    Saludos

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  8. A ver si es que "la parejita" estaba jugando con juego... Entonces su amiguita de plástico estaría implicada.
    Muy bueno Pere.

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