27 noviembre, 2012

Añoranza


Me puede. Domina todos mis actos. Es dueña de mi voluntad. Yo le doy todo lo que me pide, alcanzo sus metas y cumplo todos los retos que me marca. Se alimenta de ellos. Ha crecido tanto que ya no cabe en mi pequeño apartamento. Ni en mi viejo utilitario. Tampoco simpatiza con mis amigos de siempre. Está cambiando mi vida y no sé cómo pararlo.
Añoro aquellos tiempos en los que mi ego dormía y yo vivía.

Texto: Yolanda Nava Miguélez
Narración: La Voz Silenciosa

5 comentarios:

  1. La tarea más compleja del ser humano es domar al ego propio. Y eso no siempre se consigue. Mejor dicho, pocas veces se consigue.

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  2. Amando, yo diría que nunca se consigue, aunque estemos toda la vida trabajando por ello.
    Buen micro Yolanda de los que te hacen volver y volver, y pensar.

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  3. Estupenda alegoría al ego desbocado, estoy de acuerdo, siempre ingobernable, hay que aliarse con él y aprovechar su tirón, que también lo tiene, la egolatría controlada también es conveniente.

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  4. De acuerdo con tu opinión Ángeles.

    Un abrazo.

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