Obra de Romina Andrea V. |
Conforme pasaba el tiempo fui penetrando en tus pupilas, atravesando mares luminosos dónde cada sensación era diferente a la anterior, conocí más en esos días que en toda mi vida. Nunca hubiera podido imaginar lo que en ese viaje aprendería.
Concentrado en tu obra tu cuerpo resplandecía, tus manos eran mariposas que revoloteaban creando vida, me dijiste cosas que no comprendí, pero en mí crearon la magia de vivirte (vivirme) como jamás sospecharía.
Olvidé mi cuerpo, su existencia, dejé de tener presencia física; sin darme cuenta, no sé cómo ni cuándo, fue en el cuadro donde mi viaje terminó. Tus palabras y el aleteo de tus manos no eran otra cosa que brujería.
Texto: Maribel Martínez Montoro
Narración: La Voz Silenciosa
Buena vuelta de tuerca a la visión tradicional. Por una vez la modelo retrata al pintor. Por una vez posar es conocer a quien te contempla
ResponderEliminarEl cazador cazado, fundirse en el otro a través de la observación, ciertamente, un largo viaje.
ResponderEliminarEnhorabuena!
Un gran viaje o viraje a la magia de la creación que empieza y acaba en sí misma, y sin embargo eterna.
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