Sí, me he muerto, sé que es una putada, sobre todo porque ya
no estoy con ustedes, pero es lo que hay, toca joderse.
Os he reunido para repartiros mis cosas, mi última voluntad
como se suele decir. Un detalle de generosidad, sin importancia, pero que
espero que os haga recordarme para siempre.
Mis cosas no tienen un valor material ya lo sabéis, pero han
sido tan importantes para mi que servirán para recordar los momentos vividos
juntos.
Tía Cloti, eres grande, muy grande y no por lo gorda que
estás, que también, sino por la persona tan enorme que eres. A ti te dejo mi
perro, que es igual de grande que tú y, aunque sé que no te gustan los
animales, me consta que lo vas a cuidar igual que yo. Come mucho, pero mucho,
mucho, eso no me preocupa porque de eso tú sabes tela y en tu casa hay comida
de sobra, pero todavía no hace caca en la calle, así que te toca enseñarlo. He
pensado que te haría un favor si lo sacas todos los días a dar un paseo y
hacéis ejercicio juntos. Os va a venir de perilla y encima, con el carácter que
tienes, seguro que aprende rápido.
Primo Jóse Alfredo, a ti te dejo mi colección de discos de
metálica. Cuando pongas mi
música te acordarás de los buenos momentos que pasábamos y de lo que te avergonzabas de mis pintas de heavy. De la expresión que ponían los que te veían conmigo y las juergas que nos montábamos en el pub de la esquina. No te preocupes que nunca le diré a tu madre lo de las borracheras, ya es imposible, tío, desde este barrio no hay cobertura.
música te acordarás de los buenos momentos que pasábamos y de lo que te avergonzabas de mis pintas de heavy. De la expresión que ponían los que te veían conmigo y las juergas que nos montábamos en el pub de la esquina. No te preocupes que nunca le diré a tu madre lo de las borracheras, ya es imposible, tío, desde este barrio no hay cobertura.
Hermano a ti te dejo mi ropa, mi casco y la moto. Ahora
pensarás: pero este tío hasta muerto es
gilipollas. Ya sé que no te gustaban mis pantalones de cuero, ni mis
chupas, ni las botas de punta de metal, pero tío no puedes tirar ese tesoro, ¡por
Diooos!
Quita esa sonrisita que has puesto con lo de la moto, que te
conozco y no la vas a montar hasta que tengas el carné, que ya no estoy yo para
llevarte, no flipes.
Papa, mamá no lloréis. He dado muchos disgustos ya lo sé y
no he sido el niño bueno y estudioso que esperabais, pero siempre os he querido.
Mamá, lo único que te pido es que no tires las cosas de mi cuarto por si de vez
en cuando os hago una visita.
¡Eh! nada de lágrimas que aquí se está de puta madre,
troncos. Que el Satanás este es un tío “mu enrollao” y vamos a formar una banda
de rock duro de esas que a mi me gustan.
Nos vemos en el más allá familia.
Texto: Inma Vinuesa
Narración: La Voz Silenciosa
Texto: Inma Vinuesa
Narración: La Voz Silenciosa
¿Esto es tuyo, Inma?
ResponderEliminar¡Menudo cambio de registro!
Me gusta!!!
Qué bueno sería el preparar una epístola como esta, hablando desde el más allá para que nos oyeran los del más acá. La de cosas que diría a más de uno... Enhorabuena Inma, y coincido con Ana: ¡Menudo cambio de registro!
ResponderEliminarPor fin algo satírico, nada melancólico!!!
ResponderEliminar¡Que sorpresa Inma!
ResponderEliminar¡En cuantas pieles ha de meterse un escritor para hablar con la voz del personaje creado.
Desde luego lo has conseguido, hasta leer tu nombre, no creí que fuera tuyo.
¡¡Felicidades!!.
Gracias chicos, la verdad es que es un alago que os sorprenda el texto, eso es buena señal.
ResponderEliminarUn abrazo a todos.
Inma, un cambio de registro que sorprende. El debate que se puede establecer es: ¿un escritor tiene que tener un estilo propio y reconocible? ¿Ser fiel a sus estilo por encima de presiones, o tendencias literarias?
ResponderEliminarAprovecho para recordarte que en un texto mío, usé cierto tipo de palabras que no aprobabas, por considerarlas innecesarias. ¿Ahora entiendes al escribir este texto que se justifica el hablar del protagonista? Que es el personaje quién habla y no el autor.
¡Vamos a por el debate! Que últimamente estamos muy poco debatientes.
Me voy a preparar mi epístola y mi epitafio, no vaya hacer que ahora me asesines. Que tu de eso sabes mucho, Sra. Exterminadora.
Un beso.
He disfrutado con la lectura del texto.
Jajaja FranCo donde las dan las toman. Bien, me la has devuelto. Llevas razón la voz del personaje es fundamental para meterse en su piel, pero hazte otra pregunta y así seguimos el debate: ¿Hemos acertado con la voz?,¿la hemos hecho creíble?,¿realmente cuando leemos el texto se nos viene a la mente la imagen del personaje que queremos crear? ¿Habéis pensado en un heavy, pasota y greñudo con bastante mala leche por dejar lo que ha dejado a cada miembro de la familia?
ResponderEliminarMe encanta que empieces debates con mis textos.
Gracias por disfrutar con su lectura, yo también disfruto mucho con los tuyos.
Que cambió de registro ni que nada, que a nuestra Inma le va lo mismo un roto que un descosido, lo que le pongan. Me ha encantado, sigue por aquí... O por allí, jejeje!
ResponderEliminarQuerido maestro José Francisco. Tú no lees, siempre te he dicho que interpretas.
ResponderEliminarFelicidades macarra.
Enhorabuena, Inma.
ResponderEliminarEl cambio de registro (aunque no de tanto calado si se analizan despacio alguno de los capítulos de "Oscurece...") demuestra que el escritor (sobre todo si narra en primera persona) tiene que meterse dentro de la piel del personaje y hacerse un instrumento del protagonista. El escritor (de algún modo) es solo herramienta.
FranCo plantea un debate, no interesante, sino medular para el escritor.
Creo sinceramente que el estilo propio es innegociable, porque al final acaba siendo como una segunda piel, y la piel no varía. Pero dicho esto, también tengo claro que un estilo es algo amplio y flexible, algo que permite todo tipo de registros, giros y moldes. Al final creo que el estilo está al servicio del texto, de la historia, es el modo con que quien escribe usa la herramienta común, el idioma, y cuyo fin es llegar al lector.
Y después del rollo, otra vez enhorabuena, Inma, porque un chaval heavy sólo puede largar del modo en que lo hace este tronco, aunque esté flipando con el mismísimo diablo.
Ahhhh, y de nuevo, grandísima lectura-interpretación, José Francisco
ResponderEliminarMe alegro de que os haya gustado. Enhorabuena Inma porque el texto es todo un canto. A algo que queda muy lejos (por mi edad) de conocer en primera persona. Pero la vida también sirve para observar a la gente y así poder (más o menos) imitarla. Un abrazo y gracias a todos.
ResponderEliminarEspectacular esa interpretación, José Francisco!!! Otro cambio de registro magnífico.
ResponderEliminarMe habéis sorprendido los dos. Fantástico!!!
Por cierto, que estoy totalmente de acuerdo contigo, Amando, aunque a veces ser fiel al estilo propio y cambiar de registro pudiera parecer algo antagónico.
ResponderEliminarTambién creo que llevas razón, Francisco: cada contexto requiere un determinado lenguaje.
Y en ello andamos...
Inma, lo has conseguido, nos has removido, que falta nos hacía.
Plas,plas, plas, mi mas sincera ovación, me has puesto en pie, y no sabes lo que me he reído. Tengo que cambiar el registro más a menudo para sacarte todos los buenos personajes que tienes dentro Voz.
ResponderEliminarHa sido la leche escucharte. Muchísimas gracias.
jajajaja Gracias Inma. Yo me he divertido mucho con este relato. Creo que se nota. Un abrazo para ti y para toda La Esfera. Me estáis sacando casi todo lo que llevo dentro. Aún me queda,¡cuidado! jajajaja
ResponderEliminarQué divertido!! Y cuanta crítica a esas situaciones familiares que a veces nos superan. Me ha encantado.
ResponderEliminarSaludos
No acabo de reírme tanto gracias al texto de Inma como por la voz de ...la Voz. Todo un éxito.
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