Las patitas del robot de servidumbre asomaban por el lateral del mueble tras el que estaba colocado. Desactivado, la luz roja de recarga de batería le delataba en la completa oscuridad de la estancia. La ausencia total de ruido y movimiento acentuaban más su pasiva presencia. Su poseedora, tumbada en la cama lo observaba. Verle así, inerte, desvalido, como un niño pequeño mientras duerme, le producía al tiempo pensamientos de rechazo y sentimientos de afecto.
Solo es un robot, un aparato electromecánico. Pensó en silencio.
Si… pero son mis piernas, dijo en voz alta.
Y el resto de ella misma también se puso en modo descanso.
Texto: Marta Fernández Pantiga
Narración: La Voz Silenciosa
Si… pero son mis piernas, dijo en voz alta.
Y el resto de ella misma también se puso en modo descanso.
Texto: Marta Fernández Pantiga
Narración: La Voz Silenciosa
ResponderEliminarOnce de Marzo, Dos Mil-trece,
Miss Fernández P., sobre su "creativo -texto... se -subestima "usted con -pensar
que "solo -lo metalico tiene alma, corazon, etcetera, etc...; si -se fija bien, se dara "cuenta que no -todo objeto tiene "valor, cualquier "elemento puede "ser -tan humana/o o elevado a su "misma -suspensividad.
Pienselo "bien, la "proxima VEZ!!
Ysa,
Feliz Martes!!
Otro texto, como el anterior, para pensar en ese futuro que ya está aquí, que ya nos viene tocando.
ResponderEliminarMe ha parecido muy original. Enhorabuena por tu creatividad.
ResponderEliminarUna visión muy humana de un futuro que ya es casi presente. Muy bien escrito.
ResponderEliminarPara más de una persona, ese futuro sería el mejor escenario.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho este texto.
Un micro futurista donde también cabe la ironía. Me ha gustado. Felicidades, Marta.
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