Novela y novelista, ¿quién hace a quién? |
Durante el tiempo que transcurre entre el nacimiento de una idea, de esa idea semilla que un día será una historia que contar, hasta que crece y se convierte en esa hermosa historia, durante ese tiempo, digo, la historia narrada vive dentro del escritor, yendo y viniendo, maleable, tomando forma y cambiando de forma nuevamente. Bullendo de personajes impacientes por salir a escena. Bullendo de escenas impacientes por bullir ante los ojos de los lectores.
Durante ese tiempo, la historia que vive dentro del escritor, y hasta que éste le da su forma final, también opera un cambio en el propio escritor que, como hospedador temporal de la historia, no es ni mucho menos inmune al efecto que la propia historia tiene en quien la conoce, más si cabe, en quien conoce todos sus recovecos, ya por haberlos diseñado, ya por haber sido el primer afortunado en recorrerlos.
Novela y novelista, ¿quién hace a quién?
Durante el desarrollo de la historia, el narrador deposita en la narración parte de sí mismo, de su ser,
pero también de su no ser, acaso de lo que sueña con ser; deposita parte de sus pensamientos más íntimos, de sus sentimientos, de sus éxitos y de sus fracasos, de sus esperanzas y de sus ilusiones; plasma en la narración su impronta por la que la narración será referencia del autor y el autor de la narración.
pero también de su no ser, acaso de lo que sueña con ser; deposita parte de sus pensamientos más íntimos, de sus sentimientos, de sus éxitos y de sus fracasos, de sus esperanzas y de sus ilusiones; plasma en la narración su impronta por la que la narración será referencia del autor y el autor de la narración.
La historia narrada ha transformado al escritor, no por lo que le haya tomado prestado, sino por lo que le haya prestado a él, enriqueciendo su visión, y renovando por traslado y mudanza, el espacio destinado a albergar nuevas semillas de nuevas historias que en el futuro serán, pero dejando el poso y conocimientos de la ya narrado.
Puede concluirse pues, que la novela hace al novelista del mismo modo que el novelista hace la novela.
El escritor en su Esfera
Novelista y novela, ¿quién hace a quién?
Puede concluirse pues, que la novela hace al novelista del mismo modo que el novelista hace la novela.
El escritor en su Esfera
Novelista y novela, ¿quién hace a quién?
Artículo: Víctor J. Sanz
¿Dónde empieza uno y termina otro?
ResponderEliminarNovela y novelista son un todo indisoluble.
Muy de acuerdo, Víctor.
Llevo un rato pensando en tu propuesta de esta semana para tratar de rebatirla, pero he llegado a la conclusión que estás en lo cierto.
ResponderEliminarAmbos son, como apunta Ana J., indisoluble.
Hola Ana, así lo creo, ambos son uno que salió de la unión de tres, ellos dos y un momento determinado de la vida de ambos.
ResponderEliminarUna misma novela nunca volvería a ser escrita de la misma forma por el mismo autor si no es, obligatoriamente en el mismo momento. El momento lo cambiaría todo.
Saludos y gracias por participar.
Hola Francisco, por un lado me alegro de que estemos de acuerdo, pero por otro me lo apunto para la próxima vez encontrar una reflexión sobre la que tengas algún pero que nos enriquezca a ambos y a nuestros lectores.
ResponderEliminarComo siempre, un placer.
ResponderEliminarLo que cuenta Victor es una poética descripción del proceso creativo que todos, en el ambito de este blog, hemos sufrido/disfrutado. Es un tormento y una gloria a la vez. ¡¡Buen texto !!
No tengo que reflexionar ni un segundo. Tienes toda la razón.
ResponderEliminarA mi modo de ver, si el escritor es honesto consigo mismo, tiene que dejarse llevar por la historia. Inevitablemente ésta le tiene que obligar a reflexionar, y es más que posible que muchas cosas que previamente se pensaban o se creían queden alteradas.
A mí me ha ocurrido en más de una ocasión con más de una novela. Sobre todo en los diálogos, cuando un personaje tiene que defender una postura, te obliga, como escritor, a descubrir sus resortes personales y más ocultos (ponerse en lugar). Poniéndose en su lugar estás más próximo a empatizar con su modo de ver el mundo o tal o cual cuestión.
A mi modo de ver, el escritor en general debiera lo más opuesto a los maximalismos y a opiniones establecidas; por el contrario debería ser militante activo del matiz y lo relativo de muchas cosas... casi todas.
En fin, absolutamente de acuerdo, Víctor.
Amando, lo dejas redondo, muchas gracias por el aporte.
ResponderEliminarSaludos.
Es lo que se siente realmente, uno crece leyendo, pero si además creas una historia y la escribes, es todo un descubrimiento saber que la mente es capaz de llegar a los mismísimos confines de todo.
ResponderEliminarSi bien es cierto que el escritor modela el escrito y la creación remodela al creador, ¿acaso es menos verdad que (surgiendo como tercero en concordia) el lector es el recipiente al que ambos "entes" quieren amoldalrse?
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