Mi experiencia me dice que hay dos
formas de tener una cuenta en Twitter: La personal y la profesional.
Hoy solo hablaré del tipo de Cuenta Personal, ya que la profesional
o de empresa son cuentas estériles que habitualmente hablan
solamente de la actividad de la sociedad, logros y lo bueno que es su servicio o
producto y en algunos casos están para dar soporte a sus clientes. Procuran,
si están bien gestionadas, no correr ningún riesgo y no
posicionarse en nada. Las profesionales son cuentas estériles. Aburridas de seguir.
En Twitter son muchas las cosas por los que los Followers te castigan |
Si celebras la victoria de tu equipo,
tus followers aficionados al equipo contrario se sentirán molestos
y dejarán de seguirte. Tampoco se te ocurra definirte simpatizante
de ningún partido político, ni corriente, y mucho menos manifestar
que apoyas a tal o cual candidato. Cosas tan baladí como expresar
que 50 sombras de Gray es “literariamente” (subrayo que
literariamente) lo peor que se ha publicado en los últimos años, te
puede llevar a perder una gran cantidad de seguidoras y a tener muchos
enfrentamientos. O un caso muy concreto que me sucedió hace unos
días en el que apoyé la crítica a un hospital público que existe
en mi ciudad (Hospital Universitario Ntra. Señora de La Candelaria) en el que existen más de 700
plazas de aparcamientos para los médicos y su personal y por contra
ninguno para los pacientes, y solamente 14 para minusválidos que
siempre están ocupados. De inmediato saltaron los de la “casta”
de dicho hospital defendiendo que trabajaban allí., que los merecían. No entraban en
razón. ¿Imaginan ustedes que los aparcamiento de IKEA fuesen solo
para uso de los empleados? Pues lo que ya imaginas, dejaron de seguirme
de inmediato once personas, que por su perfil determiné que
eran trabajadores del centro, o que les unía alguna relación. Sin tener en
cuenta que anteriormente y durante años habían seguido mis tuits y
que estaban muy en su línea y les interesaban lo que publicaba.
Resumiendo, creo que Twitter es una
herramienta matemática. Que cada tuits que disparas, con seguridad, hiere a alguien y que tendrá consecuencias. Que te dejará retratado. De inmediato te seguirán
aquellos que en ese momento comulguen con lo que publicas, pero te dejarán de seguir en el siguiente si no están en acuerdo con lo que tuitees. Así que si quieres tener muchos seguidores, lo mejor es
que seas un hipócrita y cada día celebres, ensalces y publiques
cosas genéricas, que aglutinen simpatía, el sentido de pertenencia y la
opinión de la mayoría. Como, por ejemplo, el día contra el Cáncer,
el día de la mujer trabajadora (pues ya sabes que los hombres no
trabajan) o el día contra la violencia de género (también sabemos que
solo un género es violento) y esas cosas a los que todos se suman sin condición.
Otra cosa que tengo muy claro es que en
Twitter jamás venderás un libro. Por mucho que los
escritores nos machaquen con sus tweets con las excelencias de su
novela. El efecto siempre es el contrario. Pero parece que no
aprenden. Nunca en ninguna de mis cuentas ninguno de los tuits se ha traducido en una venta, por mucho que la red social ahora nos trate de vender los tuits patrocinados.
Hasta el próximo Editorial del domingo.
Artículo: Francisco Concepción
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