11 marzo, 2009

No recuerdo tu nombre

NO RECUERDO TU NOMBRE tus ojos sí, negros, vivos, que me seguían, que atravesaban mi espalda hasta hacer tambalear mis movimientos. Me quedé en tu casa invitada por tu hermana que se creía la voz de mi conciencia: me recordaba que yo tenía novio, y que tú te casarías en poco tiempo. Supongo que lo notó, que escucharía el latido de nuestros corazones cuando estábamos cerca el uno del otro, o vería como resbalaban nuestros cuerpos por las paredes del pasillo para no tocarnos. Aquella noche no podíamos dormir. Nos encontramos en la cocina: tú buscabas en la nevera inclinando tu espalda desnuda y descarada; yo intentaba llevar el vaso de agua a mi boca que temblaba. Me preguntaste sobre el examen y te dije que sí, mirabas mis labios. Pero llegó tu hermana abriéndose paso entre nosotros y nos lo robó.


Texto: Dácil Martín

2 comentarios:

  1. Se palpa la anticipación, el deseo.
    ¿Qué pasó cuando la hermana volvió a la cama?
    No, no cuentes más. Ya quedó la semilla en mi mente.

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  2. Imágenes adolescentes que añoramos, situaciones sencillas, pero intensas, que nos gustaría sentir de igual manera, pero que la edad y el tiempo ya no nos regala. O no sabemos a esta altura de la vida aceptar esos regalos.

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