12 mayo, 2009

Me convertiré en irresistible



Vente, tengo una sorpresa para ti. Quiero enseñarte algo. Descubrí una tetería en un tejado al que casi nadie va. No te engaño…confía en mí, solo pretendo vivirlo contigo. Es un tejado viejo, en un edificio alto, donde sirven un té caliente que reconforta el ánimo. Ven, no tengas miedo, hay humedad, poca luz, la pintura está caída… entiendo que lo que ves no te gusta, el ascenso hasta el tejado es feo, el edificio está muy mal conservado… por ello tiene poco éxito. Pero no me negarás que es céntrico, está en el centro de París. Tranquila, te aseguro que valdrá la pena. No te vayas, no me dejes. Termina de subir conmigo. Cuesta subir, llegaremos sin aliento. Si el ascensor funcionara sería otra cosa, pero todo no se puede tener. Hace frío siempre en esta época. Pediremos una ardiente taza de té, y nos sentaremos a contemplar las buhardillas de París, mientras los vahos y los aromas vuelan frente a nosotros desde la tetera. Las luces de la zona vieja te encandilarán y no hablarás, solo sonreirás. Y sobre las once de la noche, llegará el tipo del acordeón, con su suéter a rayas gordas horizontales y pasaremos a una botella de vino español, por aquello de la nostalgia. Y al calor de los boleros, el frío de la noche Parisina te morderá y me buscarás reclamando protección. También te morderá el alcohol y en lo alto de París empezarás a verme hasta guapo y olvidarás que soy pobre.

Texto: Francisco Concepción Alvarez

Ilustración: VINCENT VAN GOGH
Tejados de Paris, 1886

3 comentarios:

  1. Me ha traido resabios de La Bohème y Moulin Rouge.
    Y de El último bolero, de Carlos Cano.
    Muchas gracias. Me ha llevado a otro tiempo muy feliz.

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  2. Un tejado sobre Paris, morder el vino, refugiarse del frío en los brazos del que ama: ¡qué afortunado el pobre!

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  3. He ido y he estado a punto de tomarme ese té

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