07 junio, 2009

Me matas

Me matas

Acaricio tu piel con mis dedos,
mis labios,
constantemente,
sintiendo tu perfume
envenenado,
en lo más profundo.

Siempre juntos,
Besándonos
en las noches solas,
y en los tristes amaneceres
sin hablar
sin mirarnos

Como un rastro, te mueves
girando en el aire,
entre finos hilos,
dentro de mí,
robándome.


Tus cadenas,
oxidadas
de tanto tiempo,
de tantos años
secuestrándome,
me van asfixiando,
te voy detestando.

Tu egoísmo
asesino,
me va mordiendo,
me va matando
en silencio
engañando.

Te maldigo y te escupo,
te rompo
con saña,
pero vuelves riéndote,
encendido
envenenado.

Tus cenizas son las mías
que van cayendo
enterradas
en el cenicero
mortal.

6 comentarios:

  1. Palabras muy prevesibles.

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  2. Tienes razón, carlino, buen olfato. Tendré que disimular más o irme a una zona de fumadores. Lo tendré en cuenta para la próxima.

    Saludos

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  3. Pues sí, este poema es capaz de matar a cualquiera de aburrimiento

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  4. Gracias Poetas Anónimos, sería un honor para un principiante, como yo, participar y aprender.
    Gracias por tu invitación.

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  5. Estimado Marcos, estoy seguro que evolucionarás igual que haces con tu prosa. Tu humildad y encaje de los comentarios denotan que eres capaz de aprender. Que conste que yo no escribo poesía. Es solo un comentario. Un saludo y no abandones, que tienes vena de escritor.

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  6. Gracias FranCo. La verdad es que no escribía poesía desde cuando me dí cuenta, siendo joven, que ya no ligaba con ella. Bromas a parte, creo que, a diferencia de la prosa, la poesía te produce a la hora de escribirla una sensación especial: sale sola, casi sin esfuerzo y tienes la sensación de que te retuercen el alma. Luego, no, la vuelves a leer y la tiras a la papelera. Me encanta ese espejismo.

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