Si supiera cómo,
lo intentaría.
Salir, por ejemplo,
y que sea de noche
y que rompa el día
y que la gente no importe
ni el miedo tampoco.
Volver, ojalá,
sin que pese demasiado
esta hora,
la maldita,
en la que pienso en ti,
o sólo que no estás,
y eso baste para que nada
absolutamente nada
comience a servir.
Como sirve cuando hablas,
como sirve cuando ríes,
como sirve cuando amas.
Que nada sirva
porque no sea todo.
Si supiera otra forma.
Si supieras tú.
Suerte que nos queda la poesía para tratar de contener nuestros recuerdos más duros y entristecedores.
ResponderEliminarSaludos,
VD