Los soldados lloran de noche
No hay ayer ni hoy, tan sólo una larga, blanca, inerme región, sin tierra, ni mar, donde laten los gritos de los hombres que piden lluvia, de las mujer que piden amor, de los niños que levantan inútiles balanzas, donde la justicia, el mal y el bien no mantienen su fiel: el mundo, aquí, ahora, pierde sus dimensiones, y, algo, una enorme lengua, quizá, recorre la tierra húmedamente. La ancha lengua del hambre y la sed.
Ana María Matute
... sólo de noche... ¡ si lo diré yo!
ResponderEliminarPorque durante el día sólo les cabe apuntar a los sueños, para matarlos...
ResponderEliminarMaravillosa Ana María Matute.
ResponderEliminarGracias por el texto, Fusa.
Saludos,
Anabel, la Cuentista
PD: para mí seguirá siendo un soldado aunque llore por el día.