Acto I.
¡Me voy de vacaciones¡ pregonaba a los cuatro vientos con cuantos compañeros, amigos y familiares hablaba o intercambia correos. Poco le faltó para contratar un espacio en la portada del periódico local y anunciarlo.
Acto II.
¡Estoy de vacaciones!, contestaba a cada sms y mail que le llegaba, actualizando al minuto su Facebook y su blog… Cuando su teléfono no sonaba, ella hacía que sonara llamando a cualquier conocido que había quedado atrás para contarle que estaba de vacaciones. Que hacía un tiempo magnífico y que... bueno, ya te contaré. Su smartphone echaba humo, siempre operativo.
Acto III.
¡Llegué de Vacaciones! Se apresuró a compartir en la oficina con la última de sus sonrisas de disfraz vacacional. Le preguntaron que tal y por la experiencia. Eludió la respuesta con otra pregunta: ¿Y por aquí, que se cuenta?
Texto: Francisco Concepción Álvarez
Narración: La Voz Silenciosa
Narración: La Voz Silenciosa
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¡Qué triste! y ¡qué frecuente! Este drama en 3 actos dónde no pasa nada es parecido al de la visita de todo París en 2 días, toda Europa en una semana, etcétera. Frenesía.
ResponderEliminarBien visto y bien escrito, FranCo.
Me gustó la estructura del cuento. Saludos.
ResponderEliminarIncluso, muchas veces, se podría extender el contenido de este relato a toda la vida. Cada vez hay más de esas, en que parece que sólo se está de vacaciones si uno lo dice, aunque la única vacación sea decirlo.
ResponderEliminarExcelente drama en tres actos, Francisco. Has tocado un tema de las vacaciones muy poco tocado no por poco común. Los vacíos de la vida, así las viven. Me ha encantado.
ResponderEliminar¿Teatro veraniego? Parece que cuida más la puesta en escena para el público que la obra en sí. Muy original.
ResponderEliminarVacaciones en tres actos. Pura realidad, no hay más que observar alrededor y cosas así se dan de continuo. ¡Qué lástima de tiempo perdido! Me encantó la forma de contarlo Francisco.
ResponderEliminarBesos, estoy de vacaciones...
Genial retrato de la realidad de nuestros tiempos... Enhorabuena!!!
ResponderEliminarMe ha gustado este "plantar envidias". Breve pero claro. Existen muchas personas así.
ResponderEliminarExcelente síntesis de quien no dice nada a pesar de emitir palabras: me voy, estoy, he vuelto.
ResponderEliminarEres grande Francisco porque das en la clave como quien no quiere la cosa. También Julio Cesar: vini, vidi, vinci.
Un abrazo y que tus vacaciones sean tan ricas como tú y tus proyectos (y también las de los que estamos contigo) . Á.
Francisco tenía ganas de leerte. Y veo, observo, leo, reflexiono...que la canícula no te ha erosionado tu ironía, tu sarcasmo, tu forma de ver y relatar la realidad que nos envuelve. Esa vida que es muchas veces puro teatro, en uno, en dos..en tres actos, y algunas personas -muchas- renuncian al papel principal, a ser los verdaderos protagonistas de su vida- para actuar como secundarios. Cuánta importancia le damos al envoltorio, al disfraz, a la careta...ser por parecer...
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias a cuantos han comentado el texto: catherine, Elise, Amando; Miguel Ángel, Montse, Isolda,Sigrid, Ximens, Ángeles, Xavier...
ResponderEliminarLo tenía escrito y en el último momento decidí cambiar su estructura. Darle formato de escenas independientes y que éstas en su conjunto formaran una secuencia de la vida. Una película muy común y que estoy casi seguro que casi todos hemos visto, pero dejamos pasar y no le damos la importancia que tiene.
Tras estos anuncios y promociones de los viajes/vacaciones existe un trasfondo muy complicado: ¿Escapar de uno mismo? ¿Vacío? ¿No ser menos? ¿Copiar conductas y esteriotipos? ¿Llamar la atención y decir ¡Estoy aquí!? ¿Demostrar también nuestra capacidad de sentir y de disfrutar?...
Cuánta realidad, Franco, lo he escuchado muchas veces.
ResponderEliminarAcertado espejo de lo que nos rodea.
ResponderEliminarEres el maestro de las realidades sordas que nos invaden y que, a veces, no nos atrevemos ni a ponerles nombre. Pura envidia. Lo que más abunda por desgracia y lo que más desgraciado nos hace.
Genial.
Es triste, a mi entender, pero real.¡ cuántas veces se necesita ser el centro de antención ¡. Felicidades.
ResponderEliminarUy! Cómo me identifico con el Acto III! Y eso que aún me queda un día de acto II...
ResponderEliminarMe encanta.