29 mayo, 2013

Gorilas en la niebla

Estaba agazapado detrás de unos malditos arbustos en una noche oscura y brumosa de invierno, pasando el frío de mil millones de demonios. Preso de un furioso ataque de celos, había seguido a mi esposa cuando dijo que iba a cenar con sus amigas a un restaurante del centro. Pero, o su automóvil se equivocó o me había sometido a un burdo engaño. No pasó por el centro de la ciudad ni se dirigió a ningún restaurante. Había entrado en un edificio que parecía el club social de una lujosa urbanización en las afueras. Cuando mis pupilas se acostumbraron a la tenebrosa negrura, pude descifrar a través de la niebla las letras que adornaban el rótulo instalado en la puerta del local: “Institución Psiquiátrica Valle del Oro”. En ese mismo instante, mi mujer salió corriendo junto a dos gorilas vestidos de blanco. “Es aquél, el del pijama que se esconde tras los matorrales”, le oí gritar. Después de eso solo recuerdo a los primates asiéndome fuertemente y un pinchazo en mi brazo.

Texto: Rafael Sastre Carpena

7 comentarios:

  1. Muy bueno el giro que le has dado al relato...
    Me ha encantado.
    Saludos.

    María Estévez.

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  2. Si quieres leer más cosas mías, visita: http://rafasastre.blogspot.com.es/

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  3. MIRA TÚ QUÉ BIEN, CON PUBLICIDAD EXPLÍCITA DEL AUTOR EN EL COMENTARIO. LO FLIPO.
    QUIEN QUIERA,YA PUEDE VISITARTE PINCHANDO EL PERFIL, NO HACE FALTA QUE DIGAS MÁS.

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  4. Me gustó, sí señor.

    Saludos,

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  5. Muy bueno el giro del final, sí señor!!

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  6. No estaría mal que algún acosador fuera pinchado por algún gorila oportuno.

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  7. He echado en falta algo más de historia, creo que es un tema al que le podías haber sacado más jugo porque es interesante y te hace reflexionar. Te invito a que le des una vuelta y lo engrandezcas Rafael, yo creo que merece la pena.

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