31 julio, 2013

El carcelero de las palabras


carcel, silencio, oscuridad, desesperación, soledad
Imagen extraída de Google images
Ramiro pospone sus conversaciones: mañana se lo digo. Pero Ramiro no tiene mañana porque siempre vive en ayer. Con su silencio y sus quiebros en la conversación, llena su existencia de cuentas pendientes, de dudas por resolver, y las archiva en su memoria de rencores y propuestas de amor encarceladas. Ramiro no habla claro, más bien no habla, y de sus silencios se extienden gruesas cuerdas que lo amarran al pasado, al presente, y su vida se acaba ahí, en el límite de la nada, porque no hay futuro que exista si no hay coraje para inventarlo. Su vocación de carcelero de palabras llena su vida de actos provisionales, casuales y también causales. Una vida al ritmo de los hechos justificados en el malentendido, mientras sus interlocutores se escudan satisfechos en sus bienentendidos. Ramiro no dice lo que quiere decir, tamiza las palabras para quedar bien con todos o mal con nadie, con nadie salvo con él, el único al que nunca debió engañar. Así sus frases cada día son más mudas, hechas para ser escuchadas por los sordos. Ramiro, en definitiva, vive al rebufo de su suerte, apoltronado en el mudo vacío de su existencia, diciéndose cada día esto es lo que me ha tocado vivir.

Texto: Miguel Angel Brito

Audio: La Voz Silenciosa

8 comentarios:

  1. Me ha sobrecogido el texto. Es triste no poder hablar, no ser escuchado.
    Muy triste.

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  2. "Ramiro no dice lo que quiere decir, tamiza las palabras para quedar bien con todos o mal con nadie, con nadie salvo con él, el único al que nunca debió engañar. Así sus frases cada día son más mudas, hechas para ser escuchadas por los sordos. Ramiro, en definitiva, vive al rebufo de su suerte, apoltronado en el mudo vacío de su existencia, diciéndose cada día esto es lo que me ha tocado vivir"

    Cuando ha vivido esta situación -me refiero a mi ámbito personal, me refiero a hace varios años, ya unos cuantos- todavía valora más la hondura de este texto. Lo certero de su contenido.

    Podría añadir que la conclusión sobrecogedora tampoco tiene que ver con la pura imaginación. El miedo crea monstruos en la razón. Ya lo dijo Goya.

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  3. Gracias Inma. Cierto. Todos tenemos un poco de eso en mayor o menor medida, el asunto es intentar dejarlas liberar aún a riesgo de saber que quedamos bien con unos y mal con otros, pero sobre todo seremos fieles a nosotros mismos.

    Amando, no conocía esa frase de Goya. "El miedo crea monstruos en la razón". Muy buena! Es cierto que el miedo engaña a la razón y hace que inventemos mundos donde busquen acomodos nuestros deseos, para que se queden ahí y no se manifiesten, no se desarrollen. De ahí el engaño.

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  4. No hace mucho y como Amando, tamizaba las palabras para quedar bien o no quedar mal con nadie. Y hubo un momento en que explota y te das cuenta de que no eres tú. No quiero ser más Ramiro. Quiero ser Belén, para bien o para mal.
    Un beso y muy buen relato Miguel Angel.

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  5. Da gusto encontrar de vez en cuando relatos profundos alejados de la sorpresa y la anécdota. Relatos para reflexionar, que nos hablan del hombre, su interior, sus miedos. "No hay futuro que exista si no hay coraje para inventarlo". Felicidades, Miguel Ángel.

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  6. Muy buen retrato de la soledad autoimpuesta.
    Magnífico!!

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  7. Ahora mismo, Miguel Ángel, dudo sobre la literalidad de la frase de Goya. Formaría parte de la serie de "Los caprichos", cuyo lema general es "El sueño de la razón produce monstruos". Quizá he mezclado unas cosas con otras, aunque creo que uno de estos grabados hace una alusión a la locura. Pero, repito, ahora mismo dudo.

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  8. Muchísimas gracias a todos. Belén, sé fiel a ti misma, pese a quien pese. Es saludable, créeme. Ximens, Ana, gracias por lo que decís sobre mi texto, es todo un halago.

    Y muchas gracias, en especial, a ti, José Francisco. Como siempre una excelente manera de narrar nuestros textos.

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