La primera vez me desperté cuando estaba a medio acabar. Y no pude asegurar que fuera cierto, que no hubiera sido un sueño. Quedó ahí y lo olvidé. Noches más tarde, sin vacilación, lo noté por la fosa izquierda, pero ya en retirada. Me hice el dormido. Y cuando amaneció, seguía despierto pesando en ello. Por la mañana la encontré canturreando mientras preparaba la cafetera. La observé. Me sonrió dándome un beso, y siguió cantando. A partir de ese día me sorprendí a menudo ojeando impaciente el reloj, deseando que llegara la hora de ir a la cama. Allí nos damos las buenas noches y, aún no me he dormido, cuando comienzo a sentir dilatarse mis aletas. Ahora ya es por las dos fosas al mismo tiempo. No puedo describirlo, llegado un momento, cuando ya me siento totalmente inundado, pier! do la noción de este mundo.
Una semana atrás decidí hablar con ella. Durante todo el día la estuve merodeándola, buscando su mirada. Al anochecer, viendo la tele, estando a punto de verbalizarlo, me pidió que esperara al final de la película. Pero, tan agotada iba, que se durmió antes de que llegara el fin. Cuando empezó a respirar profundamente, sin darme cuenta, me vi observando los agujeritos de su nariz. De cerca. Cada vez más de cerca.
Han pasado dos meses de aquella primera vez. Con ella ya no quiero hablar de ello. Hemos llegado al acuerdo, sin pactarlo, de que cada noche seamos uno el que primero se duerma.
Texto: Miguelángel Flores Martínez
Más relatos "Con un par de narices", aquí
A veces nuestros sueños son reales, o no. Y lo que se esconde sale a la luz.. dejándo un rastro de inquietud , ansiedad o simplemente deseo..
ResponderEliminarUn abrazo
A mí este relato me sugiere una historia erótico-amorosa muy peculiar. Cualquier órgano humano, puede ser muy sexual, y más que ninguno el interior de las personas.
ResponderEliminarTu texto me sugiere varias historias erótico festivas, una cuyo elemento fetichista en la nariz, y otro cuyo elemento es el olor, y no bueno precisamente. Genial. Un abrazo.
ResponderEliminarEs muy "sugerente" Miguel Angel, y como ya te han dicho sugiere varias percepciones distintas dependiendo del estado anímico con el que se lea... ummmmh...
ResponderEliminarMe ha gustado, un beso.
Pues yo me pierdo en la historia, Miguelángel. No acabo de entender que quieres contar, es evidente que se trata de una relación "nasal" pero no acabo de entender el micro. Seguro que es cosa mía.
ResponderEliminarCuando empecé a leerlo recordé "Los hombrecilos" de Millás. Después la cosa ha terminado de forma diferente.
ResponderEliminarMe deja pensando...
Un abrazo
El tema parece ir por la parte fetichista me parece a mí. De todas maneras queda un tanto intrigante.
ResponderEliminarBesitos
Gracias Aniaqua, Amando, Mar, Laura, Fernando, Paloma y elysa por vuestros comentarios. Voy un poco loco, pero lo compensaré. Fernando, como dicen más arriba, en este micro sugiero más que digo, pero lo mismo sugiero poco. Así que, seguramente, es cosa mía.
ResponderEliminarUn abrazo para todas/os.
Hola Miguel Angel.
ResponderEliminarLa verdad es que yo también me perdí un poco en esos juegos nasales. No descarto que sea cosa mía.
Un abrazo