02 junio, 2013

¿Cuál es la prueba de fuego para un escritor o un libro?

El Editorial del domingo.
Como escritor, una de las pruebas a las que me enfrentaría con verdadero recelo, sería a la lectura de uno de mis libros por un Club de lectura.

Un club de lectura puede darle un empujón a tu libro.
También hundirlo.
Son varios escritores nóveles (muchos indies) los que nos han escrito para proponernos leer su novela en nuestro club de lectura. Y no sabría si catalogarlo como valentía o imprudencia. También pudiese ser que están muy seguros de su libro y de su escritura.

El veredicto de un club de lectura en su conjunto, puede que le dé un empujón a tu novela, pero también que la terminase de hundir, si tu libro tiene defectos o es flojito. Sobre todo si el club tiene reputación y un sistema de comunicación importante.

En anterior Editorial(La prueba del algodón para un libro), hablé de las formas que tenían los lectores, hasta la completa irrupción de internet, de acercarse a los libros. Ahora proliferan los clubs de lectura, y sus opiniones empiezan a tener más credibilidad que la de los críticos oficiales y la de los medios de comunicación, siempre sujetos a intereses, entre ellos comerciales.

¿Por qué un club de lectores es la prueba del algodón para un libro?
  • No existen intereses ocultos. Se enjuician los libros desde la perspectiva de lector y no como un juez, ni crítico profesional. Los integrantes de un club de lectura sólo buscan el placer de la lectura. No existen intereses comerciales. Simplemente son lectores, que buscan lecturas de calidad.
  • No existe el amiguismo. Habitualmente no se conoce, o es preferible no conocer al autor. Por ello las críticas y las opiniones se realizan desde la sinceridad y sin presión. Se critica el libro que el autor ha escrito, no al autor, ni el libro que pensamos que debería haber escrito.

  • Sello de garantía. A los libros que son seleccionados por un club como lectura, ya se les presupone cierta categoría. Cómo norma, entre los componentes del club, se consensúan las lecturas y estos ya suelen ser lectores avezados, que tratan de no perder tiempo con malas lectura.
  • Objetividad. La valoración conjunta de un club de lectura es lo más cercano a la objetividad en la valoración de un libro. No olvidemos que la visión objetiva, imparcial, independiente... es imposible, no existe. Todo pasa por el tamiz de cada lector y todos tenemos nuestras predisposiciones, fobias y gustos literarios. Pero en un club de lectura, leemos libros a los que nunca nos hubiésemos acercado de forma individual, por estilo, temática, autor o género. Así que, ponderando todas las opiniones, ópticas y valoraciones del libro, obtenemos algo muy cercano a una crítica objetiva y jamás una opinión personal.
Creo que podría seguir enumerando muchos más puntos por los que considero que la prueba definitiva para un libro es la valoración que hace un club de lectura. Y si esta valoración la hacen varios de esos clubs, mucho mejor. 

También me he percatado que existen autores y casi siempre la editorial, que siguen de forma silenciosa la valoración en nuestro club de su libro. Sobre todo si el libro acaba de editarse. Cuando seleccionamos un libro como lectura, le hacemos referencia a la editorial por twitter y se lo compartimos. En algunos casos nos siguen. Pero los escritores no suelen tener Twitter, siguen siendo esos seres huraños de siempre, que reniegan del contacto con sus lectores. No soportan la crítica. Pero nos leen y están pendientes de la valoración que le hacemos a su libro. Casi todos practican el GoogleYo, que no es otra cosa que buscarse en internet a ver que se cuece sobre su ego.

Afortunadamente ya estamos aquí los escritores del 2.0, que adoramos la relación bidireccional con el lector. Pero confieso que temo someterme al veredicto de un club. No me enfrento a una opinión aislada. Puede ser definitiva.

El próximo domingo, en este Editorial, trataré de las características que tiene que tener un club de electores para que sus opiniones afecten a un libro o a un escritor. No todos tienen relevancia, ni credibilidad.
Artículo: FranCo 

6 comentarios:

  1. Hola Francisco. Comparto muchas de tus ideas con respecto a los clubes de lectura, pero considero que la irrupción del autor como participante en un club, resta objetividad a la lectura del libro.

    Durante un año y medio fui miembro fundador de un club de lectura en Facebook, de un auténtico club de lectura, porque en las redes sociales existen muchos que se denominan club y son cualquier cosa menos eso (se comparten fotos, enlaces de otras cosas, se ponen frases, efemérides), y al final hacen de todo menos leer y comentar un libro. Bueno, a lo que vamos, durante el primer año y medio leímos lo que salió elegido, hubo libros que gustaron casi unánimemente, otros en los que las opiniones estaban divididas, y algún extraño caso de libro que no gustó y le dimos algo de caña. Por cosas que no vienen al caso, decidí abandonar el club, como participante activo y como administrador, y se lo cedí todo a otra persona. El nuevo administrador pensó que sería bueno intentar que algún autor participara en el club si salía elegida su novela. Desde entonces varios autores (algunos bastante conocidos) han participado en el club. La experiencia está saliendo de maravilla, y hoy por hoy, es el mejor club de lectura en Fb seguro. Pero le falta una cosa muy importante: objetividad. Porque cuando participa el escritor, se genera tal empatía autor/lector que es casi imposible encontrar un comentario crítico, todo son parabienes.

    Por eso creo que debes de seguir con la prueba del algodón, porque desde mi experiencia, cuando en los clubes de lectura participa el autor del libro, a no ser que sea un borde, un zopenco o lo que escriba sea ilegible, los lectores ensalzaran cualquier cosa anecdótica y ocultarán lo que no les ha gustado.

    Saludos.

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  2. Para un blog que hice durante un tiempo sobre noticias de mi barrio (Horta, BCN, para más señas), un Sant Jordi quise hacer una pieza de vídeo sobre cómo iban las ventas en las librerías del barrio. Y también preguntaba a compradores que si que libro han adquieiro y por qué, etc. Una de las veces le pregunté a una mujer, al revés, que qué libro jamás recomendaría. Y me dio una respuesta a medida de mi pregunta envenenada. Vino a contestar: jamás haría algo así, creo que todo libro puede encontrar a su lector.

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  3. David Sánchez, por ello decía en el punto "No existe el amiguismo" que es preferible no conocer al autor. He vivido alguna circunstancia parecida en diferentes actividades y foros. Al final, lo único que se hace es alabar a la persona presente por cortesía. En el caso que hablamos al autor.

    Felipe Blasco, la contestación de esa señora es una gran verdad. Yo siempre lo he dicho: Todo libro tiene alguna joya escondida. Bien sea el estilo, una reflexión, una simple frase o simplemente vale la pena leerlo como ejemplo de como no se debe escribir una novela.

    De todos aprendemos algo y cada libro tiene un lector en algún rincón, seguro.

    Gracias a ambos por participar y ayudar a complementar la reflexión.

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  4. Si os apetece tener una novela de un escritor que no solo no tiene miedo a someterse a jucio público, sino que ha llegado a las listas de ventas gracias a colgar su trabajo gratis en su día, aquí me tenéis. Será un placer que habléis de «Holocausto Manhattan», recién lanzada por Ediciones B y fruto de la ilusión de un autor (un servidor) que, rechazado por las editoriales, un día decidió colgar su primera novela gratis en Internet, cuando casi nadie lo hacía. Ah, por cierto... tengo Twitter ;) ¡Gracias y un abrazo! :)

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  5. Efectivamente los clubes de lectura pueden ser una buena piedra de toque para un libro, pero tampoco parece que su trascendencia -salvo aquellos que funcionen a través de Internet- sea todavía muy elevada.

    Sin embargo la suma de las pasiones de sus miembros por la lectura, es una tarjeta de presentación que debería ser tenida en cuenta. Al fin y al cabo ese es el verdadero nicho de lectores que deberían cuidar más las editoriales.

    Estoy de acuerdo en que conocer al autor perjudica la valoración de la obra, por cuanto se tienden a obviar los defectos de la obra en beneficio de mantener esa relación se supone que amistosa.
    Hace dos cursos uno de mis libros ("Versos como carne") fue libro del mes de mayo de un club de lectura de mi ciudad. Algunos de los lectores me conocían. No sé si influyó o no ese hecho a la hora de las valoraciones (el día en que se puso en común el resultado de la lectura, fui invitado como participante), pero sí estoy convencido de que todo fue diferente respecto de una jornada habitual: más que una valoración -que la hubo- se estableció una especie de entrevista, lo cual, para qué engañarnos, tampoco estuvo mal.

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  6. Hay que saber moverse en ese mundo de la crítica (tanto la convencional como la blogera) para tener éxito. Tocar las teclas adecuadas, exponerse con los riesgos calculados.
    Hay auténticos especialistas. Los demás, mejor nos abstenemos.

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