Sean Penn apunta al Oscar

Ayer visioné la película "Me llamo Harvey Milk" y francamente no hay que ser un experto en cine ni haber buceado mucho por internet, ni ver mucha televisión para colocar al camaleónico Sean Penn entre los favoritos a los Premios Oscar de este año 2009. Su actuación traspasa la pantalla, con gran mérito si consideramos que se mete en el papel de un activista homosexual, con las consecuencias que ello conlleva, con escenas de cariñitos y carantoñas desde la segunda secuencia, que particularmente me dejó descolocado. Apuntar que en esta vida nada es perfecto, tampoco su actuación, que por momentos también falla y no es constante, pues en algunas secuencias del film se muestra enérgico y masculinbo y en otras derrocha derrame de "pluma" y "maneras" que hacen que pierda un poco de credibilidad su actuación. Si se pierde "aceite" debería ser como en la vida, todos lo días y encualquier momento, también en toda la película.

Referente a la película, está bien ambientada en los años 70, con una fotografía tipo "rescate documental" y aunque emplea mi odiada voz en off para contar la historia, en este caso es perdonable pues no se sobrepone a la imagen para contarnos la historia. El film cuenta con dinamismo, aunque incide mucho en el proceso electoral, en la importancia del voto y el de la campaña política, imagino que fue importante en la historia real en la que se basa la película, pero podría haberse suprimido algún minutito. La historia está basada en la lucha por los derechos homoxesuales de Harvey Milk.

Película que se fundamenta en la interpretación de Sean Penn, que difumina al resto de los actores. Film de obligado visionado tanto para el colectivo homosexual, como para el hetero, con un claro mensaje de difusión de tolerancia e igualdad.

Mi puntuación del film: 7/10

Crítica: Francisco Concepción Álvarez