La konkista de Canarias

Esta mañana he asistido a la representación de La konkista de Canarias, de Delirium Teatro.
Ayer resultó ser misión imposible: hay quien calcula que casi un centenar de personas se quedó sin poder pasar. Y eso que dicen que incluso hubo espectadores sentados en las escaleras -¿Se pueden vender entradas por encima del aforo, por cierto?
Esta mañana la sala estaba repleta y creo que puedo afirmar, sin temor a equivocarme demasiado, que todos los que estábamos en ella nos hemos divertido de verdad.
Una obra simpática e inteligente, con claras referencias históricas contadas en clave no siempre de humor. No se ha dejado títere con cabeza –claras referencias a la política actual se han colado con la misma naturalidad con que se recordaban las andanzas de Bethencourt o Álvarez de Lugo- sin que el resultado fuera amargo o resentido sino bastante lúcido.
Conquistadores y conquistados con sus miserias al aire. Y una pertinaz isla de San Borondón, la única que se salva de la quema.
Lo mejor: la impecable puesta en escena, la sincronización milimétrica de los actores, su versatilidad, su dominio de la expresión corporal… y oral, algo tan difícil de encontrar en los tiempos que corren.
Un guión inteligente, una dirección muy acertada, buenas interpretaciones. Estén atentos a las próximas representaciones. No les defraudarán.