14 febrero, 2009

Una historia más

Amanecía y el mundo se desperezaba ante sus ojos insomnes. A su lado, Enrique dormía profundamente, ajeno a su desazón, apestando a güisqui barato y tabaco, roncando entrecortadamente.
Sacó los pies pesadamente de debajo de las sábanas, sentándose en el borde de la cama y, durante unos segundos, dudó si levantarse, rascándose la piel del vientre y brazos. Bostezó y se pasó la palma de la mano por la cara, intentando sacudirse el cansancio de encima.
Otro día más, otra noche más sin dormir. Y el trabajo esperándola en menos de una hora.
Miró a su marido de soslayo, casi para cerciorarse de que el bulto que había a su lado era algo más que ropa ajada y carne mal oliente. Esa noche había llegado tan borracho que ni la había tocado. Se metió en la cama completamente vestido, con las botas del trabajo y exudando sexo ajeno. Como pudo lo desnudó y se dejó caer a su lado, no fuera que se despertase y no la encontrara cerca. Una nunca sabía cómo podría reaccionar si en mitad de una de esas borracheras le diera por sospechar algo sin fundamento.
Se decidió a dejar el lecho para entrar en la cocina con pasos arrastrados y prepararse el café con leche que le ayudaría a llegar hasta la hora del bocadillo.’
Automáticamente, llenó la cafetera, fregó un par de tazas y rebuscó en el congelador hasta encontrar un paquete con filetes de pechuga que descongelar para la comida. Seguro que hoy también me deja la comida preparada, se dijo, resignada.
No tenía importancia. Ciertamente, no le importaba. Que perdiera otro trabajo por faltar día tras día sí importaba, que la tomara con ella o con el chiquillo sí importaba. La comida… total, qué más daba…
Hizo cuentas mentales de las facturas que quedaban por pagar ese mes y se le revolvió el estómago.
Siempre igual, con el agua hasta el cuello.


Releyó el texto, crítica. Otra historia más sobre maltrato y miseria. ¿A quién le interesa?

Texto: Ana Joyanes

3 comentarios:

  1. Una historia más, otro despertar y otro ambiente que huele. Y sin respuesta... ¿Que ha fallado ó falla?

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  2. Que aproveche que está dormido para tomar rumbo con la maleta y su niño

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  3. Una historia más que rezuma cansancio, costumbre y resignación, principal problema en estos casos, así no se puede coger la maleta, eso es alienación. Por cierto, muy bien descrita y escrita, gracias Ana

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