06 mayo, 2009

Cha-cha-changes?


Cuaderno de bitácora:
6 de mayo. Se me va pasando la resaca de vino, grasa y jotas cantadas con la potencia de la nostalgia.
Logroño ha cambiado mucho por fuera, muy poco en lo básico. La gente sigue fiel a sus costumbres del fin de semana: el vermut del mediodía, las meriendas en las bodegas, el gusto por estar juntos celebrando.
La zona de vinos se ha desplazado unas cuantas calles, del Laurel a los alrededores de Portales y La Redonda, hay nuevas zonas de tapeo en los barrios de la periferia y ahora se hace deporte y se pasea por el estupendo parque a orillas del Ebro-siempre recordaré el cartel que dirigía “A la Playa” desde el centro de la ciudad, antes de la remodelación, y que te hacía sospechar que misteriosamente te habían abducido a la costa desde tierra adentro- pero el ambiente sigue siendo el mismo.
Aunque hay una novedad, la sensación de la noche logroñesa: El Café Moderno.
El Café Moderno es un café de los de principios del siglo pasado, con sus mesas de velador, sus lámparas de bola, su pesa que te da el peso y la suerte y un gran reloj redondo que cuelga del techo.
A las once y media de la noche aún hay familias terminando de cenar y el único camarero que sirve las mesas se apresura por ponernos las bebidas y un platito lleno a rebosar de galletas surtidas. Desde la calle no paran de entrar personas de todas clases y edades que rellenan cualquier hueco que pueda quedar en el bar.
A las doce menos diez el camarero nos hace una seña: ya no se puede pedir nada más. En unos momentos repartirá las fotocopias con la letra de “Fibra de pájaro”, a las doce se apagarán las luces. Los retrasados siguen entrando, alzan las manos para pedir su copia.
Las doce. Luces fuera, música de bote, de verbena de los 70 y todos nos lanzamos a cantar “Fibra de pájaro”, no importa si no la hemos escuchado antes, no importa que desafinemos y no sigamos al cantante. Levantamos las manos como alas, gritamos y saltamos mientras declaramos que llevamos fibra de pájaro en el alma.
Y después, más música de charanga y el Café Moderno se convierte en un guateque y más tarde en una peña de las fiestas de San Bernabé. Apaga luz, Mariluz, apaga luz, los borrachos en el cementerio juegan al mus.
El Café Moderno es lo último. El futuro de cara al pasado. O tal vez no.
¿Y a quién le importa, si puedes volver a bailar la lambada?

Texto: Ana Joyanes

2 comentarios:

  1. El concejal de turismo de Logroño tendría que contratarte para que la ciudad fuera más conocida. Texto digno de una guía turística. Wikitravel estaría feliz de contar con descripciones de este tipo. Por cierto... no estaría de más que lo añadieras, Logroño no está muy bien referenciado.

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  2. NO SÉ SI COMENTAR EL TEXTO DE ANA O EL COMENTARIO DE FRANCO (¿ERES CONSCIENTE DE CÓMO QUEDA TU NOMBRE EN MAYÚSCULAS?)Y ES QUE LOGROÑO ES COMO SORIA,NECESITADA DE UNA CANCIÓN PARA QUE VAYAMOS LOS QUE HABITAMOS DE MADRID PARA ABAJO, CLARO QUE QUIEN IBA A SUPONER QUE LA CANCIÓN IBA A SER LA AÑORADA LAMBADA, ESO SÓLO SE LES OCURRE A LOS NOSTÁLGICOS DE OTROS TIEMPOS Y LUGARES QUE NO SE HAN IDO DEL TODO. PROMETO IR CAMINO LOGROÑO, ¿y TÚ?

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