Youssou N’Dour arrasó anoche en la trasera del Auditorio, quiero decir, la Plaza de los Alisios con una actuación cercana, dinámica y de calidad que arrastró a cuantos nos apiñamos en torno al escenario.
Como él mismo gritó al principio de su actuación, el lenguaje que se habló fue el de la música, ni español, ni francés o inglés o wolof, sólo música.
Y el del baile: imposible resistir el ritmo de los numerosos senegaleses que coreaban y bailaban sus canciones.
Pero si fue estupendo el concierto de Youssou N’Dour no lo fue menos el que ofreció Gato Gótico, teloneros de lujo.
Con ritmo y garra, el grupo tinerfeño nos enganchó con su jazz, a veces clásico, tantas otras, mestizo. Magníficas ejecuciones que merecían mejor escenario, ya que el viento y el ruido de los que no terminaban de centrarse en la actuación opacaron por momentos sus excelentes interpretaciones.
Una noche fantástica de música, sensaciones y hermanamiento. Mis agujetas y ronquera dan fe.
Crítica: Ana Joyanes
Actuaciones de este tipo tienen que ser difundidas (publicitadas) con mayor intensidad. O estamos alertas o nos perdemos oportunidades como éstas. Una lástima para los que no nos esteramos.
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