Vas a morir fiel a tus principios sin probar el sabor del hierro.
Nunca vas a dejar que el enemigo despliegue sus armas contra ti, y se convierta en complice de tus deseos, ¡que misera!, si eres la primera que te derrites imaginándolo dentro de tí.
Coraza de hojalata, transparente. Piensas que nada ni nadie te conoce y eres completamente predecible, tu afán de hacerte la más querida, te hace ser la más odiada por tí misma.
Deja que te penetre el hierro incandescente de su cuerpo, y cometerás el pecado más dulce de tu historia bélica.
Nunca vas a dejar que el enemigo despliegue sus armas contra ti, y se convierta en complice de tus deseos, ¡que misera!, si eres la primera que te derrites imaginándolo dentro de tí.
Coraza de hojalata, transparente. Piensas que nada ni nadie te conoce y eres completamente predecible, tu afán de hacerte la más querida, te hace ser la más odiada por tí misma.
Deja que te penetre el hierro incandescente de su cuerpo, y cometerás el pecado más dulce de tu historia bélica.
Escrito desde tus profundidades, suena a verdadero. Es la forma de escribir, la forma de llegar al lector. Felicidades. Simplemente me gusta.
ResponderEliminar¡Qué dureza! mete miedo si se lo analiza detenidamente. Interesante!!
ResponderEliminarEl hierro incandescenten que penetra es la polla?
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