Septiembre…Con la piel bronceada y dispuesta a dar de sí lo que le quede de contraste bajo las telas blancas, amarillas, verdes, anaranjadas… La sonrisa de septiembre es diferente, enmarcada por esa tez brillante y caduca traída como souvenir playero, y la mirada tiene su mayor fulgor devolviendo la belleza de los paisajes vistos y archivando los colores de las puestas de sol en cada sección de nuestro iris .
Septiembre…El amor también se alarga en septiembre. La pasión y la dedicación mutua del verano se resisten a desvanecer de nuevo en la rutina de cada día. Los cuerpos son más bellos en septiembre, la piel más suave, las sensaciones más intensas… Si cada mes fuese septiembre, el amor sería un continuo y placentero ocaso de veranos .
Septiembre…Es el noveno mes, el del alumbramiento, el de vuestro renacer a un nuevo ciclo, habiendo madurado las sensaciones y atesorado los recuerdos del verano, reciclándolos, como fuente natural de aprovisionamiento de energía por si nos flaquean las fuerzas más adelante.
No sobra ni una palabra, si no pones de que hablas por la buena descripción sabríamos que hablas de este mes.
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