Las ratas soplan antes de morder. Sueltan un aliento cálido que adormece, que engaña, como los curas. De hecho no veo muchas diferencias entre las ratas y los clérigos cristianos. Unos soplan antes de morder y otros soplan antes de violar. Pasan la manita sobre el niño de turno y los padres consienten. No hay problema, aquí está a salvo de sí mismo, sólo se masturbará si nosotros se lo pedimos. Sólo será un gran hijo de puta si nosotros se lo enseñamos. Sólo se contaminará con nuestra basura, la del resto del mundo ni la olerá, no le importará. Los pobres son más pobres si los miras de frente, si te pones a su altura, pero desde arriba no es lo mismo, no los hueles. Nuestro Señor viste de oro y seda y tiene la nariz taponada (...)
Artículo de opinión
El Extranjero (JRamallo)
Artículo confiscado, reclamo ejemplar.
ResponderEliminarExcelente blog, nos gustaría que dieras de alta tu blog en nuestro directorio de blogs www.guiaempresas.info ; Saludos
ResponderEliminarSigo opinando que ¡Hablar menos y escribir más! es un buen grito de guerra.
ResponderEliminarLo que ya no entiendo es qué tienen que ver los escritores con los curas o viceversa. Supongo que me perdí en alguna frase mientras desarrollabas el artículo. Hay un momento en el que creo que mezclas demasidos conceptos y ya no sé verles el nexo de unión. Debe ser falta de concentración por mi parte.
Tu prosa es incisiva, mordaz, lenguaraz, procaz y muchas cosas más acabadas en az. Contundente.
Saludos,
Anabel, la Cuentista
Sí, es un aliento hipócrita el de estas ratas, y tienen miedo, y se ponen tapones para no oír la melodía que las arroje al río, y las limpie de tantos prejuicios viejos y mugrientos.
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