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Resbala la cerveza por las comisuras entreabiertas que nadie se atreverá a cerrar.
El estampido no lo sorprendió tanto como al resto de comensales. No tuvo tiempo.
¿Quién podía imaginar que alguien le hiciera cara?
El Chino disfrutó del magro, amargo resarcimiento en el silencio de plomo de las respiraciones contenidas.
Yo lo hice, yo… te maté, cabrón… he sido yo…
La segunda bala de su revólver penetró con limpieza en la sien.
Entonces, el silencio fue absoluto.
El estampido no lo sorprendió tanto como al resto de comensales. No tuvo tiempo.
¿Quién podía imaginar que alguien le hiciera cara?
El Chino disfrutó del magro, amargo resarcimiento en el silencio de plomo de las respiraciones contenidas.
Yo lo hice, yo… te maté, cabrón… he sido yo…
La segunda bala de su revólver penetró con limpieza en la sien.
Entonces, el silencio fue absoluto.
Texto: Ana Joyanes
Bien! vuelta al western. Es que el Chino se lo merecía.
ResponderEliminarY los tertulianos de la taberna, congelados, vivian la muerte del chino. Cambio de secuencia. Nos vamos a un plano general del polvoriento pueblo.
ResponderEliminarLa imaginación es libre, pero un vaquero jamás se suicidaría después de matar al que le ha jodido la vida. Al menos, en mi mundo.
ResponderEliminarYo me imagino más bien alguien que sobrevive en la periferia de una mara, de los Latin Kings o en un poblado de los arrabales de Madrid.
En cualquier caso, sí, pretendía que fuera una imagen icónica.
Pero creo que me he pasado de "micro": La segunda bala va a la sien de El Chino, el otro murió a la primera.
Y ahora me he pasado con las explicaciones...
No es necesario imaginarse lo mismo que el autor, pero yo tampoco había pensado en un western, más bien en un ajuste de cuentas de bandas, de mafías, de barriadas, de camellos... Vaya, muy actual.
ResponderEliminarSaludos,
Anabel, la Cuentista
Admitido, en los western los personajes son extremadamente duros, o extremadamente débiles, no hay perdón, ni remordimientos, ni suicidios... Sin embargo, denme una sola pista de que no ocurriera allí.
ResponderEliminarLa pista es: "Chino" es un apodo muy de lajilla.
ResponderEliminarEn cualquier caso, ¿qué más da? Pero creí que era evidente (y terriblemente tópico, por cierto). Veo que no es así