Debería guardar cama ahora que estoy en casa.
Duermo y leo a ratos.
La habitación me molesta. Nueva circunstancia en la que gana
ella.
No puedo echar a la habitación de casa.
Me detiene el demonio de la adversidad.
Esta mañana leí un fragmento suyo, publicación en algún diario
vespertino.
Y me detiene.
Y me lo llevo.
No creo que lo llamen incesto o perversión. Poe entre dos
volúmenes del Gulag.
Vuelvo al camastro. La manta a los pies del siguiente viaje.
Serás tú. Será Estambul.
Nuestra casa, la madriguera para momentos de "bajona" y de recomposición de ideas.
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