Resistir y sumar. Hablar menos y escribir más. Hablar menos y escribir más.
No dejar que el monstruo me domine. No ignorarlo. No olvidarlo. Sólo hacerle saber quién manda. La violencia no está bien vista, pero sé que debo ser tan fuerte por fuera como por dentro. Si vienes con palabras te contestaré con palabras. Si tu puño me señala, los míos se llenarán de ganas, de venas. La violencia no está de moda, pero somos violentos y nos comemos y yo voy a estar listo para el banquete.
Resistir y sumar. Hablar menos y escribir más. No me gustan los niños ni las buenas personas que se creen buenas personas. Las buenas personas no existen porque no hablan, sólo hacen lo que tienen que hacer y se quedan mudas el resto de sus vidas, por eso no reciben premios, porque no venden nada.
No me gustan las cruces ni los crucificados. No me gusta dar las gracias ni arrodillarme. No me gusta el amor de la multitud de violadores. Si vienes de frente te miraré a los ojos. Si por la espalda, mátame, porque a las lagartijas les vuelve a crecer la cola.
Resistir y sumar. Hablar menos y escribir más. Hablar menos y escribir más.
Una impresionante declaración de intenciones.
ResponderEliminarY muy bien escrito
Guau.
ResponderEliminarSí, eso mismo iba a escribir yo, Ana, una impresionante declaración de intenciones.
Estoy de acuerdo con casi todo lo que dices y es envidiable tu convicción y la fuerza con que la expresas.
Podría adoptarse tu frase como grito de guerra: ¡Hablar menos y escribir más!
Sí, señor.
Anabel, la Cuentista
¿Porqué las palabras escritas han tenido siempre más validez que las pronunciadas?
ResponderEliminar¿Porque las palabras se las lleva el viento, tal vez?
ResponderEliminarAhora que lo pienso, me gusta tu reflexión
Con lo único que estoy de acuerdo es que no existen personas buenas, pero es que tampoco malas. No hay blanco ni negro: hay grises, somos millones de gamas de grises. Y las almas menos grises, las más blancas pocas escriben, escuchan. y la violencia es tan mediocre, con eso de creer cortar camino, qué cara, ¿no? Escribiendo, empezando por uno mismo, se ve por donde anda el gris.
ResponderEliminarPara mí, las palabras habladas son bocetos para creernos lo que pensamos. En cambio, las escritas son como alimentos que digerimos, con distinta suerte, para poder pensar.
ResponderEliminarEn realidad no he entendido bien el texto y menos aún lo que acabo de escribir. Creo que me pondré a dieta.
Abrazos
Hablar menos y escribir más...un buen consejo. Hablo poco, escribo algo más e intento aprender algo de lo que leo. De tu comentario me queda en el aire lo de; "Si vienes con palabras, te contestaré con palabras...Si vienes de frente te miraré a los ojos"
ResponderEliminarMe seduce tu escrito. Gracias