Los dioses fueron caprichosos. No es extraño que de sus caprichos sexuales hayamos crecido a su imagen y semejanza. Pero los dioses son además manipuladores y no nos ponen sogas al cuello - eso si acaso depende de un Dios único - Sólo tienen ovillos de sedas y lanas con los que hacerse titiriteros. En un mes de calor quizás se usa la lana más gorda y en el frío la seda más fina.
Todo dependerá de su antojo, que será el mío, para poder manejarte alguna mañana de imprevisto. Tú aceptarás el movimiento que te obligo a mostrarme y danzaremos torpes, blanco del capricho de los dioses que cada mes se divierten a costa nuestra.
Hablas de "quizás un Dios único". Hablas de caprichos sexuales. Pocos caprichos sexuales puede tener uno solo, excepto la masturbación y la contemplación (vouyerismo).
ResponderEliminarNo sé, yo más veo los caprichos de la voluntad.
ResponderEliminarDe uno mismo o de los otros.
Interesante, en todo caso
Cualquiera el fin, siempre aparece después de comer.
ResponderEliminarSi es la voluntad de los dos -dejemos a parte la de los dioses-, dancen ustedes atados con gruesos deseos.
ResponderEliminarSaludos,
Anabel, la Cuentista
FranCo. No hablo de ninguna de esas dos aficiones. Digo sólo que los dioses, en término caprichoso, nos crearon a su capricho. Hablo de ateísmo.
ResponderEliminarNeuroscopetrix, me expresé mal.
ResponderEliminarQuería decir, que si hablas de un Dios único... no puedes hablar de sus caprichos sexuales, a no ser que copulen o tengan fantasías con los mortales y no con los de su especie y estatus.
Complicado debate para un cuadro de texto tan pequeño. Este tipo de texto deja tantas puertas abiertas... que nos perdemos y salimos volando.
Yo siempre he sospechado que mi dios es torpe y un poco burro. Noto pinchazos y tirones en todo mi cuerpo, como si no supiera moverme. Sin embargo, es un maestro de los vicios y el dios del edonismo por excelencia. En el fondo no me cae mal.
ResponderEliminarBuen texto
abrazos
¿Dios? ¿Dioses? ¿Ciencia? ¿Dinero? En el fondo es seguir atados a alguna esperanza que explique los grnades enigmas (buenos y desastrosos) de esta vida. Yo, particularmente, prefiero creer en las bestias de la naturaleza, las que se pueden ver, oir, y tocar (si se dejan.
ResponderEliminarGracias por el microrrelato, invita a mover la sesera.