13 noviembre, 2009

Dismetría

Busco la hoja en mi bolsillo con desesperación, con miedo a que no esté ahí. Quiero escribir que dos negros jóvenes pasan y me miran y que una blanca camina y su cadera sube más del lado izquierdo. Estoy con Pedro Juan y su Rey de la habana con su pinga gorda repartiendo leche. Estoy con Rey y con Magda llenos de mierda y de hambre y de templadera. Una mosca en la mesa bebe mi vino blanco. ¡Salud! Pasa un viejo y sus brazos al caminar cuelgan y se balancean como los míos. ¿Seré así de mayor? ¿Mono petudo como él? Pasa una silla de ruedas con una mujer sentada que abre la boca, mira perdida y el sol le brilla en el cráneo. Empujan la silla dos que no están. Son las tres de la tarde, hace calor y todos los comensales del mundo se emborrachan.

3 comentarios:

  1. Qué suerte que finalmente la hoja sí estuviera en el bolsillo y también en la esfera cultural.
    Me ha gustado mucho.
    El vocabulario es diferente, exótico, me atrae. ¿De dónde es?
    Un saludo.

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  2. La dismetría del vino ataca y su efecto en la perfección fascina. Su texto también fascina, al menos aquí, a uno, el comensal borracho.

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  3. Parece la mesa de comensales más raros del mundo.

    ¿Ha sido la casualidad o fueron elegidos?


    Sorprendiendo siempre con esa prosa tan directa e incisiva.

    Saludos,

    Anabel, la Cuentista

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