16 noviembre, 2009

El tiempo


Sigue latiendo, después de tantos días y horas.
Aunque me duela hasta el aliento, sigue latiendo.

Todo alrededor continúa y no lo oyen pero él sigue, y comulgo y me resigno, y pataleo y me desgarro, pero aún nadie se para, ni siquiera a escucharlo.
Y pasan como si no estuviera, como escoria que evitar, pero continua las 24 horas con su machacon tic tac.

Cuando dejarás de creerte que eres lo único real.
Cuando sentirás el hacha de aquello que va a terminar.
Cuando serás pasado, presente y futuro sin tener que esperar.

Porqué me sigues tocando, si no te quiero sentir.
Porque ese afán de escucharte, si no te quiero ni oir.

Vete por tu agujero negro, deja a los hombres en paz, que la vida es muy corta, y siempre tienes que estar.

Maldito tiempo que pasa para hacerme envejecer.
No creas que vas a vencer, a mi cuerpo lo dominas, pero mi mente será: ese gigante temido, ese principe soñador, ese conquistador sin miedos, ese temido dragón, que nunca podrás tener porque a mi mente, solo la domino yo.

Adios engendro sin forma, no se te puede ni ver, quien te ha dado el derecho de siempre permanecer.



2 comentarios:

  1. El tiempo ¿Narrativa o poesía?. Siempre sintiendo su aliento en nuestro cuello.

    Sin ser critico literario, me parece un interesante collage de ensayo, narrativa y ¿poesía?

    ResponderEliminar
  2. La eterna lucha contra el tiempo, nuestra rebeldía ¿inútil?

    ResponderEliminar

Gracias por contribuir con tus comentarios y tu punto de vista.

Los componentes de La Esfera te saludan y esperan verte a menudo por aquí.

Ésta es tu casa.