22 noviembre, 2009

Peces


Para morir de nuevo solo es necesario subir setenta y dos peldaños hacia el sol y bajarlas con premura, de dos en dos, de tres en tres, para olvidar la agonía de las palabras con traje de tul.
Tal vez la culpa fue de los puentes colgantes que no aprendí a cruzar en las tardes doradas de septiembre; ¡y cómo no! de esta jaula con peces de colores simulando cuerpos mutilados de mujer.
Todos ellos, trepan por mis pies desnudos, erizando la piel con sus escamas, tropezando entre sí e inundando la habitación con viscosa luz de luna decreciente.
Ignoro el mensaje que encierra el delirante vaivén de sus miembros rotos.
Solo dos de esos cuerpos permanecen quietos, escrutándome desde el lado impertinente de una cama sin dosel.
Cuatro ojos vidriosos a punto de estallar en mil pedazos.
Y en la quietud que los distingue puedo contemplar el por qué de sus lamentos.
-No importa, me digo. No son más que el sonido roto de un arpegio creado para las sirenas desahuciadas que enmudecieron río abajo.
Son los mismos ojos que esta noche tomarán París con sombrero negro y un libro bajo el brazo.
-¡Qué bien!-, susurro- Tomar París sin resistencia.


6 comentarios:

  1. Me he perdido, lo reconozco.
    ¿Es una novia abandonada en el altar?
    ¿Un psicópata que ve los ojos de las dos personas que ha matado?
    ¿Una pesadilla?
    Hay imágenes muy sugerentes (los puentes colgantes que no aprendí a cruzar; los mismos ojos que esta noche tomarán París con sombrero negro y un libro bajo el brazo, los peces que trepan por los pies desnudos...)
    Sin embargo, no logro hilarlos.
    Igual es que no debo encontrar ese armazón que busco...

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  2. Exacto, Ana. No tiene mucha hilazón. Este texto está basado en un sueño y tiene muchas imágenes oníricas y surrealistas, aunque para mi sí tengan sentido muchas de ellas. Dicen que nadie mejor que no mismo para interpretar los propios sueños. Aún así nada de cosas terroríficas salvo los propios miedos internos. Un abrazo y gracias por leer y aportar.

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  3. erato, que susto. Pensé que mi comprensión cada día estaba más disminuida.
    Me gustaba el sabor, pero no comprendía que era, ni de que productos estaba compuesto. Simplemente bebía el texto y me gustaba.

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  4. FranCo, no preocuparse, solo beber y dejarse llevar. A veces es lo mejor. Un abrazo.

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  5. Muchas gracias por la aclaración. Me gustaría ser capaz de disfrutar sólo de la belleza de los textos (y este es bello) pero me traiciona una terrible necesidad de comprensión.
    Debo aprender a dejarme fluir, como esos peces de colores.
    Un abrazo

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  6. Pues leyendo los comentarios que preceden a éste el tema me queda más claro.

    Yo también necesito un hilo conector y/o conductor, aunque el texto esté plagado de bellas imágenes y pueda perfectamente perderme entre ellas.

    Gracias a los tres por la aclaración,

    Anabel, la Cuentista

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