A veces,
solo a veces,
cuando el camino se pierde
llevándonos con él,
nos alejamos de nosotros mismos
hasta desconocernos,
ignorándonos en la superficialidad,
mientras que la piel se vuelve inútil y ajena
en medio de la resaca otoñal.
A veces,
solo a veces
cuando el frío nos despierta
arropados por la hipocresía
nos sentimos desnudos y vulnerables.
Transparentes, nos observamos vacíos
y nos aprestamos a decorar nuestros huesos
pintándolos de colores,
pero siempre resultan grises
como las cenizas.
A veces,
solo a veces,
desandamos el camino
buscando huellas en la memoria,
echándonos de menos,
recordando nuestras gracias,
esperando que regresemos al mismo sitio,
y cuando por fin nos vemos,
a veces,
y solo a veces,
nos damos cuenta
que ya somos otros.
Texto: Marcos Alonso
Narración: La Voz Silenciosa
Pero qué os ha pasado hoy a los poetas esféricos?
ResponderEliminarMe sorprende la calidad de los poemas que habéis publicado hoy.
Este poema tuyo, Marcos, es sólido, profundo, introspectivo y hermoso.
Y esa reflexión final, todo un hallazgo.
A veces,
ResponderEliminarsolo a veces,
se nos hace necesaria
la poesía.
A veces,
y solo a veces,
o morimos en ella.
A veces,
solo a veces,
vivimos
por ella
o con ella
Caramba, FranCo, no conocía tus dotes de vate.
ResponderEliminar¿Qué será lo próximo?