Un icono de labios te sorprenden
en la tarde caída y ahora roto
el día, se abre a la sombra de lo ignoto.
Aves nocturnas que comprenden
la inmensa soltería de la belleza
que en la noche va talando, hura a hura,
olor de tomillo, poderosa arquitectura
del girasol dormido en la pereza.
Día largo que crispa a la lechuza,
reticente lucha de cuchillo
que cercena el silente de la luna.
Vieja encina astral, sin caperuza,
bórdame delicias de ganchillo
en el llanto primero de mi cuna.
en la tarde caída y ahora roto
el día, se abre a la sombra de lo ignoto.
Aves nocturnas que comprenden
la inmensa soltería de la belleza
que en la noche va talando, hura a hura,
olor de tomillo, poderosa arquitectura
del girasol dormido en la pereza.
Día largo que crispa a la lechuza,
reticente lucha de cuchillo
que cercena el silente de la luna.
Vieja encina astral, sin caperuza,
bórdame delicias de ganchillo
en el llanto primero de mi cuna.
Autor: Antonio Blázquez García
Cuánta musicalidad en este poema de factura clásica.
ResponderEliminarRecuperas un lenguaje que no debe perderse, imágenes exquisitas (...girasol dormido en la pereza...).
Me gusta.
Me apunto también al gusto por este bello poema.
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