25 enero, 2010

Platos viejos


Platos viejos empujando la fuerza de una pared, antigua. Muebles de abuela prestados a su madre. Un viento de sur sopla hacia adentro obligando al aire a quedarse en la casa, lo acorrala aún más. Atmósfera obligada, calienta. Una oreja izquierda roja, de izquierda y enrojecida ¿casualidad? Ojos adormilados en una manta despertada para trabajar. Chica. Labios en boca pequeña dulce que corta. Piratas y peces en el recuerdo. Amplio salón que se fija en gilipolleses nimias y varias. Se apaga la luz y corren a jugar algunos besos con sus colegas las pieles. Se calienta más la atmósfera caliente. Un churro y un pescado. Chico y chica haciendo churros de pescado. Fluyen y dejan de lado a la manta que se duerme de nuevo, sin trabajo. Sudor y techo blanco mudo. Cuatro besos más sin rigor, sin orden, sin ley. Sexo que hace bien con nota bien, no sobresaliente. Como mucho sexo que hace bien con nota notablemente bien. Simpatía cordial, despedida. Platos viejos que aún no se han roto ni se quieren colgar a nuevas paredes.

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