-¿Sabes qué día es hoy? por esta fecha era mi cumpleaños, sobre el 29.
-Hoy es tu cumpleaños, muchas felicidades. Y un beso finalizó la conversación.
-Que ganas tengo de irme a mi casa, hace más de tres meses que no voy, pero (se queda pensando unos segundos) estoy solo, ella se fue.
Setenta años, se olvidan mis recuerdos, pero los de ella no.
Mi alma está rota, mi cuerpo enfermo, mi mente cansada, de donde cojo fuerzas para seguir el camino.
-Si pudiera traerte la tarta de tus sueños ¿sería un buen regalo, verdad?.
-Con una tarta sería suficiente, y sueños... Tengo mucho sueño, déjame descansar.
Desde la visión que he tenido no hace mucho de una persona conocida, me doy cuenta de lo terrible que es el olvido. Sobre todo, ese momento brutal y horrible en que uno se da cuenta de que la memoria se le fuga, como el agua entre los dedos...
ResponderEliminarDelicado y hermoso texto sobre algo tan terrible.
mmmmmmmmmmmm un tema muy complicado ,pero muy buen texto ,saludos cordiales
ResponderEliminarQué triste! Qué real y frecuente!
ResponderEliminarImpacta porque, de una forma u otra, nos puede tocar a todos.