29 marzo, 2010

Escritura poco creíble

No siempre se puede novelar la realidad

Imaginemos que quiero escribir una novela, ó contarles la historia de una bella mujer que se enamora perdidamente de un hombre y que su única obsesión y objetivo en la vida es realizar la proeza de llegar a pesar 450 kilos, para figurar en el libro Guinness de los récords y así gustar mucho más a su marido, que la encuentra de esta forma mucho más sexy, y que le excita ponerse encima de ella y jugar con la grasa mórbida de su vientre. Pero cuando llega a pesar 445 kg., muere en su intento de un infarto consecuencia de semejante locura y luego el marido se enamora de una anoréxica. Esta es una historia real. Pincha aquí si quieres conocerla.

No siempre un escritor puede escribir o novelar la realidad. Esa ha sido una máxima que siempre he tenido muy presente, al contrario que muchos amigos escritores, los cuales no son capaces de asumir que la realidad siempre supera la ficción. Me suele pasar con el cine; si visiono una película y existe una secuencia que no me la creo (por exagerada, porque se excede o por imposible), hace que me salga de la historia, pierde mi interés.

Aún así, existen películas ó novelas que abordan circunstancias poco probables e imposibles, pero radica en el arte del escritor o del director, en su lenguaje y como lo aborda que nos cautive y nos engañe y creamos lo que nos cuenta. La escritura es para embaucadores, tramposos y timadores de la consciencia, pero con el guión que propongo ni el más pintado de los escritores ó guionista, lo tendría fácil.

No olvidemos la máxima que dice que “la realidad, siempre supera la ficción”

12 comentarios:

  1. No entraré en la historia que además me abstendré de valorar...

    Me preguntó, por qué el afán de llegar al libro Guiness de los récord?

    Me pregunto, ¿por qué los escritores no leemos más la prensa?

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  2. ¿Y por qué -de verdad te llamas Amando- no te preguntas en singular en lugar de meter a todo el mundo dentro del grupo de tu opinión? Te lo explico, sería algo así: ¿por qué yo, amando escritor -te puedes poner un seudónimo, si quieres- no leo más prensa?
    Y no te abstengas, hombre, valora, pero en singular, por favor.

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  3. Pues sí me llamo Amando, no se trata de pseudónimo. Y tienes razón, toda la razón. ¿Por qué no leo más la prensa?

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  4. Sugerente post del que extraigo:
    "La escritura es para embaucadores, tramposos y timadores de la consciencia" Totalmente de acuerdo. Me recuerda algo que he leído sobre algún autor canario, no se si era Arozamena: el escritor tiene que ser tres osos: canOSO(experiencia), otro OSO que no recuerdo y mentirOSO.

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  5. Sí que fue Arozarena. Y lo que dijo es que el escritor debía ser canoso, curioso y mentiroso.
    Algo de eso tenemos todos -tal vez lo de canoso no se aplica a algunos/muchos privilegiados...
    La cuestión es ¿sabemos mentir lo suficientemente bien?
    O, poniéndolo en los términos de Amándome, ¿sé mentir lo suficientemente bien?
    Tal vez sean los lectores quienes deben responder a esto. Pero no está de más reflexionar acerca de ello.

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  6. Arozarena nos ha dejado esa reflexión y Mararía. Las dos cosas muy creíbles o era un verdadero embaucador, tramposo y timador y nos lo creemos.

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  7. Lo creemos porque lo queremos creer, es como engañarnos nosotros mismos, para que el autor nos interpreten la realidad de otra manera. Como si jugase con la luz (la palabra)para ver las mismas cosas diferentes.

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  8. La única manera de hacer creíble una historia increíble es dándole una mano de cotidianeidad.

    No hay nada más increíble que la pura realidad. Por eso yo intento no alejarme demasiado de ella, aunque me lo invente todo.

    Un saludo desde Santiago de Compostela,

    Anabel, la Cuentista

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  9. Anabel, lo de Santiago es para darnos envídia verdad. Cuidado con el marisco.
    Una de mis ciudades favoritas.
    Saludos.

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  10. Moraleja 1: La realidad no es verosímil
    Moraleja 2; La literatura sí tiene que ser verosímil (tradición aristotélica)
    Moraleja 3: A los gustos de los hombres, ni mijita de caso

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  11. HLO, ¿A los gustos de los hombres, ni mijita de caso?
    Es la máxima para escribir. De lo contrario no serías capaz de colocar una palabra tras de otra.
    Escribe desde tu interior, pues del interior del otro es imposible.

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  12. No sé si te daré envidia, FranCo, pero de marisco y lluvia voy servida.

    Intento ponerme al día, a ver si puedo subir algo para compartirlo con todos.

    Saludiños,

    Anabel, la Cuentista

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