Quedarán muchos cadáveres en el camino.
La posibilidad de bajar libros de internet incentivaría a la piratería y menoscabaría el verdadero valor de los libros, así como el prestigio de sus autores.
No distribución, no impresión, igual a desaparición de librerías convencionales ¿Es esto tan positivo? Es como un sueño, o mejor aún, como un viejo mundo que se desvanece, toda una industria en la hecatombe. Con la desaparicion de distribuidoras, librerias e incluso editoriales, surgiría un elevado desempleo en el sector. Los redactores, maquetadores, diseñadores, sufrirían los efectos. Estaría de moda la autoedición, lo cual pudiera ir en detrimento de la calidad de los libros.
Al desaparecer el libro clásico, desaparecerían también esas hermosas portadas, a veces obras de arte. Pero entonces ¿en qué consistiría la belleza del libro electrónico, del libro virtual? porque el libro como tal no existiría, sino el dispositivo que lo archiva. Subconscientemente nos hundiríamos en un mundo más electrónico que literario.
No se podría regalar un libro firmado, sino un dispositivo electrónico que realmente no es el ideal para guardar como recuerdo.
Las grandes ferias del libro se convertirían en ferias de equipos electrónicos mucho más costosos. No se exhibirían libros, sino dispositivos de alta tecnología. La literatura que éstos almacenen sería menos importante. Los negociantes venderían los aparatitos, no los textos que en ellos se guarden, relegados entonces a un segundo plano.
Reflexion de Manuel Menéndez
Ahora diréis que soy un utópico. Vale, lo soy.
ResponderEliminarNo creo que el libo tradicional desaparezca. Ni siquiera creo que varíe su soporte.
Cuando empezó la era de la informática, todo el mundo pronosticó el final del papel, y todos sabemos que desde ese momento no ha cesado de aumentar el número de copias en papel que se hacen de documentos, textos, etcétera.
No siempre se puede estar pegado a un aparato, ni aunque éste sea portátil, ni aunque sea pequeño y manejable.
El ser humano es materia, sentidos, apertura a lo tangible.
Éstoy seguro, cada día más, que se acabará por encontrar el equilibrio racional entre un soporte y otro, y todo el mundo acabará teniendo su espacio.
Y si aún así el soporte papel acaba cediendo a otro soporte, éste acabará siendo tan similar al libro que lo seguiremos llamando libro porque será un libro.
Amando, el utópico.
Amando, pienso como tú.
ResponderEliminarEn el metro he visto a varias personas con el aparatejo ¿O debería llamarlo libro?
Otra ventaja del papel es que si pierdes un libro pierdes diecisiete euros más diecisiete de nueva compra, treintaycuatro. Si pierdes el aparatejo ¿O debería llamarlo libro? pierdes trescientos napos.
Yo lo veo como una oportunidad. La posibilidad de tener tanto que leer, a mano, cómodo, versátil.
ResponderEliminarY no creo que vaya a desaparecer el libro en su formato tradicional. Por muchas razones que se han expuesto en el artículo y en vuestros comentarios y más.
Yo me quedo con los dos sistemas.
¡Qué mejor que poder elegir!
Pienso que desaparecerán las librerías tradicionales, es evidente que podremos comprar libros en los hipers.
ResponderEliminarSucederá lo mismo que con las tiendas de música. ¿Cuantas quedan? ¿Cuantos acuden a comprar música original? Unos pocos nostálgicos.
Hace diez años cuando nadie bajaba (pirateaban) música yo bajé cientos de álbumes, ahora como todos lo hacen voy y compro CD originales.
Viva los nostálgicos. Que no se pierdan esas portadas satinadas o de papel vergurao que tienen algunos libros.