Puje!, dijo la partera...
y en el último grito la mujer sintió que expulsaba el alma.
Un alma chiquitita que andará por los caminos que marcó en su itinerario el punto exacto donde empezar su recorrido.
La mujer siente que tiene dos almas, una que le pertenece y otra que anda por el mundo cobrando y pagando destino.
Texto: Patricia K.
Magnífico texto. Algo que los hombres no podemos compartir, por mucho que sintamos a nuestros hijos de cierta manera similar. Pero no es lo mismo.
ResponderEliminarQuizá cuando concluyes un libro y éste comienza su azarosa aventura... Pero no, no es lo mismo.
Por otra parte existe cierto riesgo en pensar así, pues tener la sensación de tener dos almas y dar el paso de entender que una de ellas es completamente independiente.
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ResponderEliminarAndamos por el mundo cobrando y pagando destino.
ResponderEliminarMuy bueno
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ResponderEliminarUna manera grande de ver a los nuevos, de reconocer en ellos nuestro vínculo pero no su posesión.
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