Tras ver esta foto no he tenido más remedio que compartirla con ustedes, "los esféricos".
Ya, ya, lo entiendo,… la publicación de este post no resulta acorde con este blog, lo siento; pero dicen que aquello que se comparte te libera. Espero.
Ya, ya, lo entiendo,… la publicación de este post no resulta acorde con este blog, lo siento; pero dicen que aquello que se comparte te libera. Espero.
Pretendía acompañar la foto con un comentario, pero sinceramente poco puedo decir. ¿Me pueden ayudar con los suyos?
¿Existe en el vendedor la idea de fomentar la lectura en las chicas, o simplemente es un táctica para vender excedentes de mercancías? Me da que sí, que el libro es el reclamo para quitarse de encima la ropa interior, o viceversa, o tal vez esté buscando una novia culta para su hijo, o para sí...
ResponderEliminarYo creo que lencería -aunque no sea muy fina- y cultura no van reñidas.
ResponderEliminarAdemás, de todos es sabido que en el top ten de los lugares de lectura favoritos se encuentra el retrete. Tal vez el encargado de marketing de esta empresa haya hecho esa asociación de ideas.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEl valor de las cosas cambia con el tiempo. Antes, había libros que costaba dos perras, hoy, en cambio, por lo que se ve, los hay que cuestan tres bragas. También, es posible, que, lejos de tratarse un desprecio a la literatura o a la lectura en general, sea un nuevo baremo de medir la literatura: "tal autor o tal obra tiene tres bragas" "Con ocho bragas y media consiguió el Premio Nacional de Literatura"... Y no es de extrañar que el éxito de ventas de los bestsellers se indiquen así a partir de ahora: Murakami ha vendido en España más de dos millones de bragas"...
ResponderEliminarSugerente artículo, FranCo
Marcos Alonso
Deberían regalar tres bragas por la compra de un libro...
ResponderEliminarGracias por ayudarme a comentar dicha foto. Me tenía angustiado. Nunca imaginé bragas junto a libros.
ResponderEliminarAunque la idea de otorgar bragas en función de la categoría de los libros no es mala idea. A los hoteles les conceden estrellas, a los restaurantes tenedores...
Perdón por la foto, ya me encuentro más distendido. La foto pensé que bajaba los libros a una categoría despreciable...pero con sus puntos de vista estoy más tranquillo
.Siempre digo bienvenido cuando llegan a mi sitio, pero me siento bien llegado en el tuyo, tu blog esta muy bonito, es agradable visitarte.
ResponderEliminarVenite por Peregrino de Sabiduria a leer lo nuevo, te invito.Un abrazo,mucha luz y hasta pronto...
También me llegó esta foto vía mail, imagino que como a ti. Y pensé que lo mejor era sonreírse.
ResponderEliminarY luego me dije que la perspicacia de la vendedora (o vendedor) era grande.
Ella o él saben que los hombres no leemos, pues la misma oferta no se da con la compra de calzoncillos, lo cual además, prueba que en el campo de la lectura hay discriminación positiva.