Sopló el cañón del revólver como si fuera a apagar algún fuego. Lo había visto en muchos westerns: el malo, tras su último tiroteo, enfría la punta de su arma antes de enfundarla en la guarida de la fiera. Él también era el malo de la película, el más fuerte, el más temido de todo el barrio. Miró a su enemigo absolutamente acribillado, no le había dado tiempo a decir ni una palabra. Sonrió, se sentía poderoso. Ahora nadie iba a dudar de quién era el más rápido. Tocó el ala de su sombrero con un gesto de orgullo.
-¡Jaimito! ¿Te has acabado el bocadillo?
Jaimito escondió la pistola de flechas detrás del rosal y raudo fue a despegarle las ventosas al enanito rojo del jardín. Sí, era el más rápido, había ocultado todas las pruebas en un tiempo récord.
-¿Ya estás otra vez jugando con el gnomo? ¿Cuántas veces te he dicho que lo dejes en paz que acabarás rompiéndolo?
-Pero, mamá, que yo no estaba jugando…
Mamá se había acercado al lugar de los hechos a una velocidad increíble y había cogido el sombrero de Jaimito que agitaba en el aire como muestra evidente del delito. Jaimito agachó la cabeza, sacó el bocadillo aplastado del bolsillo y se sentó en las escaleras a comérselo.
Es una mierda ser un niño.
Un cuento de niños para adultos, delicioso.
ResponderEliminarPero una auténtica mierda...
ResponderEliminarHace tiempo que no me pasaba por aquí, plasme algo y salí de visita, perdón por la tardanza pero aquí estoy siempre es mejor tarde que nunca, que voy a decirte hoy de tu blog, solo que esta cada día mejor, fantástico me encanta venir por aquí, te invito a leer algo nuevo en peregrino de sabiduría.
ResponderEliminarMe encanto el cuento! Y sí, que es una mierda ser niño.
ResponderEliminarEs curioso, pero algunas veces pensaba que ser malo era una suerte porque te lo pasabas mejor que los buenos. Te mataban, pero daba igual, porque siempre era al final de la película. Y después del "The end" tampoco había buenos.
ResponderEliminarEn la última frase se nota el ceño fruncido del niño. Y en realidad es una mierda, es como cuando estás en el mejor de los sueños, es decir cuando eres lo que quieres ser y de repente te despiertan. Es que no se puede expresar de otra manera... es una mierda.
ResponderEliminarBuen texto donde la impotencia se nos antoja tierna contemplación.
Marcos Alonso
En la última frase se nota el ceño fruncido del niño. Y en realidad es una mierda, es como cuando estás en el mejor de los sueños, es decir cuando eres lo que quieres ser y de repente te despiertan. Es que no se puede expresar de otra manera... es una mierda.
ResponderEliminarBuen texto donde la impotencia se nos antoja tierna contemplación.
Marcos Alonso
En la última frase se nota el ceño fruncido del niño. Y en realidad es una mierda, es como cuando estás en el mejor de los sueños, es decir cuando eres lo que quieres ser y de repente te despiertan. Es que no se puede expresar de otra manera... es una mierda.
ResponderEliminarBuen texto donde la impotencia se nos antoja tierna contemplación.
Marcos Alonso
Es una mierda ser niño cuando lo miras desde la perspectiva de un niño, pero resulta una ventaja cuando lo ves desde la óptica de un dulto.
ResponderEliminarComo siempre todo es diferente desde "el cristal que se mira".
Pienso que este blog no sirve solo para compartir y debatir sobre literatura, escritura y cultura...
ResponderEliminarTambién está siviendo para reflexionar sobre aspectos de la existencia y de cualquier aspecto de la vida.
De los textos se analiza su forma, estructura, estilo y casi siempre en gran manera su fondo (mensaje).
Felicidades Anabel
He vuelto a la infancia, cuando tus padres decidían que había que volver a casa o ir a comer o acostarse o lo que sea JUSTO cuando mejor te lo estabas pasando.
ResponderEliminarQué buena historia y qué bien contada!
Gracias a todos.
ResponderEliminarSí, FranCo, este blog sirve para otras muchas cosas a demás de hablar y compartir literatura. Creo que eso le proporciona un valor añadido. Hagamos entre todos que no se devalúe.
Saludos,
Anabel, la Cuentista
PD: me dijeron el otro día que debía cambiar el nombre del niño, que lo de Jaimito le da aspecto de chiste y distrae. Creo que tenía razón quien me lo dijo, así que le cambiaré de nombre. O lo rebautizáis vosotros como más os guste.
Anabel, estoy con quien lo dijo. Jaimito lo traslada al ámbito del chiste.
ResponderEliminarEn cierta ocación asistí a una conferencia sobre la importancia del nombre del personaje. En ella se exponía que no era una cosa que había que dejar en un segundo plano. Los nombre suguieren y no es lo mismo llamarse Lola Gonzalez que Alicia Rubín de Celis. El personaje cambia por completo.
Pues sí a todo, FranCo, así que lo he rebautizado como Álex.
ResponderEliminarSe admiten sugerencias.
Saludos,
Anabel, la Cuentista
Anabel, no sé si no te has pronunciado respecto a lo de participar en el serial que se supone intentaremos escribir entre varios de nosotros porque no te has enterado o porque no quieres/puedes.
ResponderEliminarPor si acaso, te lo comento.
Un abrazo