30 mayo, 2010

La Esfera



Dentro de la esfera rodaban listos y tontos, guapos y feos, médicos y basureros… también poetas y asesinos. La esfera era eso, un simple mundo que giraba, una masa que, junto con la masa, iba creando su propia órbita, su paso.

A veces parecía ampliarse, acoger, romper fuerte herméticas fronteras. Otras veces era un cilindro estrecho.

Parecía como si la esfera estuviera dirigida, amaestrada, domada por algún tipo de fuerza extraña… algún tipo. O quizá un dictador parte más del vulgo, de nombre común. O quizá un fiero animal con voz de hombre que con golpes de puños la hacía cambiar de dirección. Al menos eso parecía intuirse de las pintadas de odio que la gente a veces dejaba en sus paredes cóncavas, a modo de protesta, unas paredes cóncavas donde no todo cabía.

La esfera era eso, todo un mundo que giraba como gira todo el mundo, exactamente con los mismos valores, sin ninguna diferencia, sin ningún posicionamiento extraordinario dentro de la manta hipócrita que la iba envolviendo.

Sí, hipócrita, pues una esfera no siente frío, ni calor, ni nada… la esfera es un mero objeto y no un cuerpo viviente. 
 
 
Texto: Jugador

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