08 mayo, 2010

La obsesión de un reto


Tirada en la puerta del zaguán, intentaba construir el puzzle de 1500 piezas que me habían traído los Reyes hacía dos meses.
Curiosamente la caja no reflejaba cual sería el resultado final, por lo que el trabajo se hacía más arduo, pero a la vez lo convertía en más interesante.
Soy persona de retos difíciles, y este puzzle llegó a ser más que un simple divertimento, una cabezonería.
Progresivamente aparecía dibujado el contorno de un caballo galopando al viento, y de fondo un cielo azul en el que más de quinientas piezas, con prácticamente las mismas tonalidades, te llegaban a sacar de tus casillas por los innumerables intentos para encajarlas en el lugar adecuado.
Mi madre me amenazaba diariamente con tirar todas esas diminutas piezas a la basura si no subía a comer, o no dejaba la entrada recogida por las noches, con lo que después de horas y horas de desgaste visual, tocaba guardar minuciosa y ordenadamente todo, para poder continuar al día siguiente, sin encontrarme ninguna sorpresa desagradable.
La última pieza era una pequeña parte del iris con una mancha blanca en la esquina superior derecha, que le configuraba una mirada profunda y llena de vida, haciendo que ese puzzle no fuera solo una lámina que había costado cientos de horas de trabajo solitario.
Estaba muy claro, esa última pieza no había sido por casualidad, era la confirmación de que el trabajo estaba vivo, por lo que tuve la necesidad de echarme sobre él. Mi cuerpo se fue fundiendo y empecé a notar su galope sin rumbo, su mirada en mi mirada, el aire en mi cara y la sensación de libertad y vida de ese animal.
Fue tal la obsesión por mi obra que me convertí en ella, terminé consiguiendo una libertad que no me pertenecía, una vida que no me había tocado vivir.

6 comentarios:

  1. Muy bueno, Inma.
    Cuando creía que contabas la historia de un proceso descubro que ese proceso no es más que el comienzo de una gran historia.
    Me ha encantado

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  2. Estoy de acuerdo con Ana: esto sólo es el comienzo de una historia.

    Saludos,

    Anabel, la Cuentista

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  3. Gracias a las dos, estos días de tanta actividad me está pasando que cuando escribo las palabras salen con más fluidez, pero tampoco quiero extenderme demasiado, aunque podemos imaginarnos una historia a partir de este post.
    Un beso

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  4. Creo que las tres tenéis razón. Siempre he experimentado que la llamada inspiración tiene que ver más con la actividad. Muchas pienso que no tengo nada que escribir, pero cuando me pongo salen palabras. Que formen parte de una historia más larga sólo lo dirá el tiempo, sólo se sabrá si algo de ellas no deja de zumbarnos en el interior.

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  5. Dácil Martín14/5/10, 0:01

    Las piezas del puzzle, siempre encajandolas, buscando el sentido. Un texto interesante.

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  6. Hola Inma,
    Que gusto leer tu texto, esta increible y muy inspirador, Francisco Concepción me asignó tu texto para hacer una ilustración al respecto en el segundo número de la revista y será un placer hacer, sólo espero hacer algo igual de bueno ó por lo menos que te guste, jeje…
    Abrazotes!

    — —
    Mauricio Belman
    http://be.net/elmimo
    t > 04455 3906 4391
    ( +52 ) 155 3906 4391

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